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Actualizado: 25 de octubre de 2025


Increíble fué el júbilo y la fiesta que hizo aquella buena gente, manifestando el gusto que tenían de ver en sus países á nuestros Misioneros, diciendo en nombre de todos el cacique principal, indio, por cierto digno de estimación, que no obstante sus grandes necesidades, hambres y pobreza no se había apartado de su pueblo ni permitido que los suyos se alejasen por estar en continua esperanza de que habían de ir los nuestros, habiendo enviado varias veces, y él mismo ido en persona, á registrar los caminos para ver si parecían.

»El comandante hizo ir a Gu-Ly a su presencia, ¿Se representa usted a mi marido frente a frente con el tal chino? Gu-Ly aseguró que los misioneros no tenían novedad, pero que habían infringido las leyes del país, y por lo tanto era preciso que sufriesen seis meses de cárcel. Mi marido quiso verlos y se le ofreció que se los enseñarían a través de las rejas.

En 1749 se retiró la guarnición del fuerte de Tamontaca, encargado de proteger á los misioneros que allí se encontraban. A poco, los moros pusieron estrecho cerco á Iligan, importante presidio de la bahía de Misamis, que sin el aliento del padre Ducos, encargado de su defensa, hubiese caído en poder del enemigo.

La afición, pues, al regalo, á la pompa, á ciertos refinamientos y elegancias y al dinero que lo proporciona todo, no deja de ser natural que se haya infiltrado en las almas de los decaídos sucesores de Francisco Javier, de Francisco de Borja, y de tantos y tantos gloriosos misioneros, confesores y mártires de la fe de Cristo.

Astucia de los indios Chiquitos II 195 Astucia de los indios Guaycurús para apoderarse de los Misioneros II 99 Astucia de los indios Manacicas II 7 Astucia de los indios Payaguás I 188 Banquetes que celebraban los caribes Carerás con las carnes de los Morotocos muertos II 153 Bebida llamada chicha, que usan los infieles; cómo la fabrican II 69

Pues bien, lo de Ky-Tcheou es un asunto de importancia. Los chinos han asesinado a dos misioneros y a un comandante francés; los franceses han arrasado la ciudad, tan completamente, que su nombre no figura ya en el mapa; las gentes se preguntan en qué quedará eso; yo creo que en nada.

Supieron esto los Misioneros y lloraron de consuelo pareciéndoles un prodigio de la gracia en una nación tan soberbia y vengativa.

La causa del rompimiento fué que cuando aquellos cinco Misioneros de quien poco antes hablé, llevaron consigo á la ciudad de la Asunción los más nobles de aquella nación, no fueron éstos recibidos de la ciudad con buena cara, temiendo que venían á reconocer la tierra y darles de improviso un asalto y saquearla; con todo eso, por respeto de los nuestros, los trató cortesmente el Gobernador, y acariciados con mil regalos y presentes se volvieron á sus tierras.

Pesando, pues, atenta y maduramente estos motivos, le pareció que el primero no solo contrapesaba, sino prevalecía al segundo, esperando en Dios que le proveería de Misioneros, como de hecho sucedió, pues llegaron aquel mismo año á Buenos Aires cuarenta y cuatro sujetos de la Compañía, que darán mucha materia á la historia de esta provincia, y los despachaba de España el P. Procurador de esta provincia, Diego Francisco de Altamirano, á cargo del P. Antonio Parra, que venía por superior de todos.

Palabra del Dia

reclinándose

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