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Actualizado: 28 de mayo de 2025
Todos somos allá «blancos» o «colorados»; y no sé qué demonios hay en el ambiente, que los que llegan, sean de donde sean, apenas aprenden a hablar toman partido por unos o por otros. Yo mismo, señores, soy «blanco», más blanco que el papel, más blanco... que la leche; y mis hijos lo son también. Dos de ellos se me fueron al campo en la última revolución.
Muy rara vez llegan a asesinos: para ello necesitan no tener ningún medio de que valerse a fin de tomar lo que codician o verse acorralados y sin más probabilidad de escapar a un fracaso que una puñalada dada a tiempo. Su afán, su ambición, es poder llegar a ser maestros, a dirigir golpes sin riesgo, es decir, a hacerse de un capitalito y trabajar de campana.
Por lo menos les harán soportar una situación que muchas de ellas no han creado ni deseado respondió el cura, pues en esta clase de cosas las costumbres pueden mucho... En Inglaterra una mujer no está obligada a tomar un nombre que no es el suyo para ser respetada. Los ingleses llegan hasta a encontrar muy práctica esa multiplicación de las solteronas...
Al mismo tiempo la protege contra los vientos del Norte y del Oeste, dejándola solamente abierta a las templadas y benéficas corrientes que vienen del Mediodía y del Este. No llegan hasta allí los ruidos de la población. Tan sólo las campanas de la catedral suenan a ciertas horas del día dulcemente amortiguadas por la distancia. La carretera general va por detrás del bosque.
Y si alguno de nuestros hijos, nietos o parientes cayere, por alguna desgracia, en manos de la justicia, ¿habrá favor tan bueno que llegue a la oreja del juez y del escribano, como destos escudos, si llegan a sus bolsas?
Pero no les causa ningún sentimiento, porque, como ellos se criaron con la misma educación, y no conocen otra, viven tan desprendidos de sus hijos desde que llegan a la dicha edad que de nada cuidan de ellos, ni procuran el señalarles la doctrina cristiana y buenas costumbres, ni el alimentarlos y vestirlos.
La mujer lo tiene tonto, y en esto la ayuda el tunantuelo de Urquiola. ¿No sabes la última hazaña de ese pillín?... No la sabrás: todo Bilbao habla de ella, pero á las minas no llegan estas cosas. Y relató á Aresti un suceso digno de la sección de tribunales de un periódico.
Casi todos los grandes vapores de pasajeros de las líneas europeas llegan a Montevideo, habiendo, además, un servicio nocturno de vapores entre esta capital y Buenos Aires. Por tierra, tres líneas de ferrocarril conectan el país con el Brasil.
Ella tampoco, pues tenía sus ojos fijos en Novoa, con una gravedad afectuosa de muchacha que ha hecho estudios serios, tiene su título de bachillera y puede comprender á un hombre de ciencia. Miguel oyó un fragmento de lo que decía el joven catedrático. ...Y cuando las corrientes glaciales del Polo llegan allá, ocupan el lugar de las aguas calientes, que suben á la superficie...
Febrer estaba convencido de que todos nacen metidos entre dos valvas de prejuicios, escrúpulos y orgullos, herencia de los que nos precedieron en la vida, y por más que los hombres se agitan, jamás llegan a arrancarse de la misma peña en que vegetaron agarrados sus predecesores.
Palabra del Dia
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