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Actualizado: 16 de mayo de 2025
Estas dos últimas son bien conocidas, por unos médanos de arena que están inmediatos, y el uno de ellos de lejos parece la tolda de una carreta: llámase la laguna en donde paró dicha armada, de María de la Cruz; y hasta ella se anduvieron 17 legua, poco mas ó menos. Dia 5.
Ya iba don Juan a entablar conversación, temeroso de que el traspunte llamase a Cristeta, cuando ésta, por decir algo, dijo poniéndose en pie: ¿Qué tal? ¿Resulta gitano el traje? Muy característico, muy típico... Y calló, sin terminar la frase. Hable usted con franqueza. Que no hay analogía entre usted y ese atavío.
Hubo, con este motivo, un gran debate matrimonial. La señora quería que el dulce fruto de su amor se llamase Pancracio, nombre que, desde la batalla de las Navas de Tolosa, había sido el de los primogénitos de la familia. Mi tío se empestilló en que el futuro representante de los venerables Santa María no llevase otro nombre que el de su padre, nombre sonoro y militar.
«Auto es lo mismo que Comedia, que del nombre la hizo Acto: se deriva y llamase propiamente auto cuando ay mucho aparato, invenciones y aparejos; y farsas, cuando ay cosas de mucho gusto aunque se tome comunmente por la propia compañía de los que representan. Al fin Comedia se llama escrita, Auto representada; y farsa la comunidad de los representantes.» V. la pág. 166 del tomo I. Juvenal, Sat.
En resolución: desmenuzadas y analizadas todas las visibles y corporales prendas de Elisa, como, por ejemplo, manos, talle, pies, brazos, garganta y frente, nada había que llamase la atención ni por bueno ni por malo. La simétrica disposición o el orden de todas estas partes nada tenía tampoco de singular. Lo singular de Elisa estaba en el conjunto, pero de un modo extraño.
Al visitarle Julio, lo presentaba con orgullo á sus amigos, faltando poco para que le llamase «querido maestro». El tango acaparaba todas las conversaciones. Hasta en la Academia se habían ocupado de él, para demostrar elocuentemente que la juventud de la antigua Atenas se divertía con algo semejante... Y Lacour había soñado toda su vida con una república ateniense para su país.
Tú sabes que no quiere que se fatigue, ¡ni que te fatigues tú tampoco! La señora suspiró... El señor parecía preocupado por la obstinación de Lita. Pues Lita no era caprichosa. Le gustaba contradecir a veces; pero era dócil y reposada como una viejita de cien años. Como su capricho de tejer era una cosa rara, el padre ordenó a miss Mary que llamase al médico por teléfono.
Severiana explicó minuciosamente a la señora cuanto había que hacer, advirtiéndole que la llamase si ocurría algo extraordinario. Otra vecina se quedaba también, en calidad de ayudante. A las doce, Fortunata se retiró a su casa con su marido, que fue a buscarla.
En el pensamiento de los hombres de aquella edad el éxito lo justificaba todo. Menester era, pongamos por caso, de la pasión patriótica de Góngora cuando cantó la Invencible Armada, para que llamase a Isabel de Inglaterra Reina no, sino loba libidinosa y fiera.
Ha sido una suerte que Zoraida llamase... He pasado unos días de pena muy íntima, tanto que tal vez hubiese concluido por desahogarme, por decirle toda la verdad... Que lo quiero como a un hermano... o todavía más que a un hermano. Ya llegaban. Se paró: Por eso voy a pedirle una cosa, un favor... escuche, no entremos todavía. No dejen pasar tanto tiempo sin venir, usted y Adriana.
Palabra del Dia
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