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Actualizado: 10 de junio de 2025
A la parte del naciente salíome una indiada de mas de 300 de toda chusma, de nacion Mataguaya, un ladino llamábase Mariano.
Paseándose de un estremo á otro y conversando animadamente aunque en voz baja se veía á don Custodio, á un alto empleado, y á un fraile que llevaba la cabeza baja con aire de pensativo ó disgustado; llamábase el P. Fernandez.
Iba con frecuencia a Las Tres Rosas, por ser los géneros baratos, y Juanito, insensiblemente, recogiendo hoy una palabra y uniéndola con otra tres días después, se enteró de quién era. Llamábase Antonia.
Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo, y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso; nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto.
Llamábase Pedro de Vivar, era segundón de una gran casa, vivía del juego el tiempo que no estaba borracho y hacíanle famoso en Madrid su cinismo y sus cuentos chocarreros, conociéndole todo el mundo por el nombre de Diógenes.
De la casa... de Inglaterra contestó Pablo, algo confuso. Fray Anselmo se puso de pie, como si se le apareciera el demonio... ¿De la herética casa de Enrique VIII y de Isabel? Sí, padre. Pero la princesa se ha convertido... se ha convertido previamente, según los cánones... Se ha convertido. ¡Sí... si!... ¿Pero se la ha exorcizado? ...En su religión protestante llamábase Ena de Battenberg.
Llamábase él don Diego de Ledesma, y ella doña Isabel Ampuero; nobles eran, aunque no ricos, y me criaron en la comodidad, el temor de Dios y el ejemplo de honestísimas costumbres, y crecía yo contenta y feliz, sin sospechar siquiera que hubiese penas en el mundo.
Llamábase Misuf, nombre que, segun despues me han dicho, significa en egipcíaco la bella antojadiza, y lo era efectivamente; pero no iban en zaga sus artes á sus antojos, tanto que habiendo gustado á Moabdar, le cautivó de manera que la declaró su legítima esposa. Manifestóse entónces su índole sin rebozo, entregándose sin freno á todas las extravagancias de su imaginacion.
Entre tanto aprovechemos la ocasión, y describamos al nuevo personaje que hemos presentado en escena, que se había desenvuelto de la capa y despojado de su ancho sombrero. Llamábase Alonso del Camino. Era un hombre sobre poco más ó menos de la misma edad que el padre Aliaga, pero tenía el semblante más franco, menos impenetrable, más rudo. Había en él algo de primitivo.
Llamábase D. Leandro; era de estatura baja y bajo también de color, con grandes ojos negros y dulces que pedían misericordia; andaba siempre vestido de negro y cuidadosamente rasurado, como convenía a su estado semisacerdotal; poco le faltaba para gastar corona.
Palabra del Dia
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