Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de junio de 2025
Era, en fin, aquella mujer un conjunto de frialdad y de elocuencia, de belleza y de defectos, que atraía irresistiblemente, y en la que la originalidad del gesto y del mirar despertaban en mí una profunda y codiciosa curiosidad.
La muerte, muy próxima, acurrucada sobre aquella joven víctima, quitaba a la aventura lo que, de otro modo, hubiera tenido de irresistiblemente jovial, y la emoción que lo dominaba salvó del ridículo a aquel padre recalcitrante. Por muy tarde que se hubiesen conmovido sus entrañas por aquel pobre ser nacido de él, había sentido, sin embargo, en su corazón la llamada de la Naturaleza.
Y, sin embargo, en cuanto disponía de una hora de tiempo, aquel escéptico, consagrado á la desgracia, cogía su caña, y sin desilusión, suspendía su anzuelo en medio de los burlones peces que jugaban dando vueltas alrededor del inofensivo instrumento. En cambio, hay pescadores que parecen fascinar el pescado, atraerlo irresistiblemente.
Era D. Dionisio Oliveros un antiguo empleado del ministerio de Ultramar, jefe del negociado donde servía Mario, que ya muy tarde, cuando pasaba de los cuarenta, se sintió irresistiblemente llamado a conquistar la gloria de la literatura.
Juanita, impulsada irresistiblemente por la idea rara que había concebido, apartó con gran rapidez el pañolillo, que llevaba al pecho, prendido con alfileres, sacó sus tijeras del bolsillo del delantal y se desabrochó dos o tres corchetes del vestido. Don Paco, siempre de hinojos, la contemplaba embelesado y curioso.
De esta suerte, Clarita hubo de tranquilizarse y no sobresaltarse de no ver á D. Carlos por la mañana en la iglesia. Á quien vió varias veces casi en el mismo lugar en que D. Carlos se colocaba fué al Comendador, cuya maldad su madre le había ponderado, y que ella se inclinaba irresistiblemente á creer bueno.
¿Por qué?... Pasada la sorpresa, él obedeció. Recordaba que en todos sus viajes, cada vez que se creían felices en un lugar, formulaba su amante el mismo deseo. «Escupe para que volvamos.» Equivalía a dejar algo de sus personas que alguna vez había de atraerlos irresistiblemente. Hizo lo mismo ella, y súbitamente tranquilizada se agarró de su brazo.
Con la cabeza montada por la bulla carnavalesca y por la perspectiva del baile, se hizo vestir rápidamente por Graciana, esperó impacientemente a la madre que tardaba ya algo en venir, se acercó al lecho de su marido, se despidió de él con urgencia y salió precipitadamente sin siquiera acordarse de su hijita a quien dejaba en poder de una sirvienta. El baile la atraía irresistiblemente.
El criterio sincretista de Capus, su tolerancia inextinguible, su bondad, nunca fatigada, embellecen á sus personajes, aun á los más torcidos y aviesos, dotándoles de una «amoralidad» frívola, espontánea y riente, que les hace irresistiblemente simpáticos. ¿Para qué indignarse contra aquellos vicios que, más que de la maldad ingénita del hombre, provienen de su triste debilidad y apocamiento?
Muy pronto, el día de Santa Rita y Santa Quiteria, debía Ramiro salir para Salamanca. Una vez allí, y al cabo de algunas semanas, comunicaría a su madre las disposiciones de su ánimo. Quizás al hallarse en aquella ciudad asombrosa, «pasmo del orbe», entre los vivientes dechados de piedad y sabiduría, su corazón le empujara irresistiblemente hacia la gloria espiritual de los soldados de Cristo.
Palabra del Dia
Otros Mirando