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Actualizado: 4 de junio de 2025


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Una ola de sangre encendió a Julián hasta el cogote: sintió la cólera repentina, ciega, que rarísima vez fustigaba su linfa, y señalando a la puerta, exclamó: Se me va usted de aquí ahora mismo o la echo a empellones..., ¿entiende usted? No me vuelve usted a cruzar esa puerta.... Todo, todo lo que necesite, me lo traerá Cristobo.... ¡Largo inmediatamente!

Palabra del Dia

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