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Actualizado: 6 de julio de 2025
Tistet Védène cambió su viejo tabardo amarillo por una preciosa alba de encajes, una capa de coro de seda violeta, unos zapatos con hebillas, e ingresó en la escolanía del Papa, donde antes de él no habían podido ingresar más que los hijos de nobles y sobrinos de cardenales... ¡He ahí lo que es la intriga!... Pero Tistet no paró ahí.
La puerta falsa, que daba ingreso a estas dependencias agrícolas, pudiera decirse que estaba extramuros del pueblo, si el pueblo tuviera muros, mientras que la puerta principal, según queda dicho estaba en el centro. El maestro Raimundico nunca había querido comprometerse ni mezclarse en política; pero de súbito acababa de cambiar.
No tenía más que un hermano, el actual barón de los Oscos. También era un ser original y excéntrico. Al comenzar la guerra civil se pasó al bando del Pretendiente e ingresó en su ejército, pero a condición de servir como soldado raso. Toda la campaña hizo de esta suerte.
Apliqué todo mi conato a promover la agricultura y la industria, animándolos con mis exhortaciones y consejos; y para que se aplicasen con más empeño, acrecenté la ración de carne que se les daba en un tercio más, y así he conseguido sin rigor el que se apliquen al trabajo, y el ver pagadas todas las deudas, y aumentado el ganado vacuno en las estancias, que al presente tienen cerca de 80.000 cabezas más de las que tenían a mi ingreso, y a proporción es al aumento de las boyadas, yeguas, potros, caballos, mulas y ovejas, no siendo menor la ventaja que se conoce en el chacarerío.
En línea recta se extendía la pequeña pared del convento; y en su extremo una puertecilla estrecha, que servía de ingreso al claustro, estaba completamente obstruida por un regular gentío que hormigueaba allí en formas oscuras y movedizas, acompañadas de un rumor sordo o gruñido chillón, como de plebe menuda que se impacienta. Eran los pobres que esperaban la sopa boba.
Pero Miranda, resuelto ya a dar cima a su empresa, y considerando suficiente la preparación, un día, después de haber tomado café y leído El Progreso Nacional con el señor Joaquín, le pidió redondamente a su hija. Quedose el Leonés hecho un papanatas, sin saber qué decir ni qué cara poner. Realizábase del todo su sueño: el ingreso de Lucía en la esfera señoril tan ambicionada.
De vez en cuando, una traducción que le proporcionaba un amigo, un artículo que conseguía colocar en un periódico ilustrado, sostenían instantáneamente el descenso de su fortuna. Pero esto no era bastante: le faltaba el ingreso regular y seguro para mantener su vida.
En junio de este año, Lope, "ferviente creyente, aunque gran pecador", según exacta frase del señor Menéndez y Pelayo, ingresó en la Congregación de San Pedro, de sacerdotes naturales de Madrid, aún hoy existente. En otoño del mismo año publicó los Triunfos divinos, a imitación de los Trionfi del Petrarca.
En efecto, podia el noviciado ser de un año, y sin embargo continuar el religioso sin tonsura y con el mismo hábito de noviciado hasta que se cumpliese otro año de probacion. De esta manera puede esplicarse el cánon 34 citado que manda no se dé fácil ingreso á los novicios en el monasterio, y que no se abran coronas ni cambien de vestimenta hasta hacer profesion terminado el año de prueba.
Añadió el Sr. de Cedrón que, no por sus merecimientos, sino por la confianza con que le distinguían los fundadores del Asilo de ancianos y ancianas de la Misericordia, era patrono y mayordomo mayor del mismo; y como a él se dirigían las solicitudes de ingreso, no daba un paso por la calle sin que le acometieran mendigos importunos, y se veía continuamente asediado de recomendaciones y tarjetazos pidiendo la admisión. «Podríamos creer añadió , que es nuestro país inmensa gusanera de pobres, y que debemos hacer de la nación un Asilo sin fin, donde quepamos todos, desde el primero al último.
Palabra del Dia
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