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Actualizado: 26 de octubre de 2025
Carola, viéndole tan largo rato callado y con la cabeza baja, e imaginando que su silencio y humildad eran implícita confusión y vergüenza por su carencia de recursos, comenzó a afirmarse en la idea de que aquel hombre no tenía un cuarto, y discurrió que pues no le servía ni de pagano ni para capricho, lo mejor era darle pasaporte.
Lastimado por la frialdad del público, que no sabía a qué atribuir, no me acordé de ir a almorzar: tan pronto la achacaba a la poca o ninguna afición que hay en España a la literatura, como a la falta de anuncios: unas veces pensaba que en la primavera no es conveniente fundar periódicos; otras me entregaba a la superstición imaginando que no debimos comenzar a imprimir el nuestro en martes.
Idos que fueron los caciques á sus tierras, aquel año que los tales caciques habian destar en sus tierras é Inca Yupanqui, mediante este tiempo, que no tuviese que hacer, tomó por ejercicio de irse á cazar, lo cual hacia los más de los dias; y otros dias se andaba por la ciudad mirándola y el sitio della, imaginando él en sí la órden que le habia de dar y el edificio é reedificacion que en ella pensaba hacer, como viese que aquellos dos arroyos que la ciudad tomaban en medio, que eran gran perjuicio en ella; porque, como las lluvias viniesen cada año, ellos venian de avenida, é como ansí viniesen siempre, comian la tierra y se iban ensanchando y metiendo por la ciudad, y via que aquello era perjuicio para la ciudad y para los moradores della, y que para hacer sus edificios y casas que en ella pensaba edificar, que era necesario reparar primero las veras de aquellos dos arroyos, y que éstos reparados, podria edificar todo cualquier edificio sin temor que las tales avenidas se los desluciesen.
A pesar de la natural bondad de su alma, su religión sombría y terrible le obligaba a maldecir y a lanzar anatemas. Pero las tres amigas, imaginando, como por inspiración, que sólo el ermitaño podía descifrarles la carta, se decidieron a arrostrar sus maldiciones y le buscaron, según queda dicho, por espacio de siete días.
A ratos se acordaba de don Juan, imaginando que la jugarreta tenía muchísima gracia; y cada vez que al recostarse se hundían, bajo su peso, los muelles de las butacas, creía sentarse sobre la propia dignidad de su enemigo.
Imaginando un ser que sacrifica toda su dicha por otros seres, tendremos la idea de un ser altamente moral, y sin embargo infeliz. Si la moralidad consistiese en la felicidad, la participacion de la felicidad seria la participacion de la moralidad; todo goce seria un acto moral; y solo podria ser inmoral, por no ser bastante vivo ó bastante duradero.
Comenzó en esto a agravarse la enfermedad del padre, fueron precisos mayores gastos, vinieron para la familia días tristes y afligiose sobremanera doña Manuela; por todo lo cual determinó Tirso empezar a cumplir su propósito, imaginando que en medio de la tribulación es cuando más fácilmente se avasallan los corazones. Su madre y su hermana fueron las primeras a quienes pensó atraerse.
Lo que yo juzgo es, que en el alma no son potencias distintas el entendimiento y voluntad, sino que son el alma misma en quanto piensa y quiere, y que estas denominaciones y distinciones de potencias solo se toman de los diversos actos que exercita; y así siempre que piensa, ya sea imaginando, ya sintiendo, ya acordándose de las cosas, ya hallándolas, ya combinándolas, lo hace el alma por una fuerza que llamamos entendimiento; y siempre que ama ú aborrece, asiente ó disiente á las proposiciones, lo hace el alma misma: y aquella fuerza con que libremente exercita estos actos llamamos voluntad.
Apenas lo sé: de los sucesos insignificantes del día, de las nonadas de la vida; algunas veces, de lo por venir, imaginando mil proyectos contradictorios que me hacían reír; algunas también, de sus recuerdos de convento. Gozaba extremadamente oyéndole contar las travesuras de su época de colegiala, los mil incidentes, tristes o cómicos, que le habían pasado en el colegio.
Hija mía; bueno es pensar en lo de allá, pero es también prudente pensar en lo de acá.... Mira, precisamente estos días estaba yo imaginando que si se muriese uno de nosotros, al que sobreviviese le quedarían bastantes enredos.... ¿Por qué?
Palabra del Dia
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