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Actualizado: 10 de mayo de 2025
22 Y recibid a los unos en piedad, discerniendo. 23 Mas haced salvos a los otros con temor, arrebatándolos del fuego; mas con esto aborreciendo aun hasta la ropa que es contaminada de tocamiento de carne. Amén. 2 el cual ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesús, el Cristo, y de todas las cosas que ha visto.
El hombre vaga abandonado por el desierto, y se extravía y pierde, no hallando senda alguna que seguir. Preséntasele entonces una aparición, que á primera vista lo atemoriza, pero que pronto intenta consolarlo hablándole dulce y amorosamente, y diciéndole: Pues haced cuenta que quiero Ser vuestro escudero yo, Que el mismo Dios me mandó Que fuese vuestro escudero.
Haced tambien memoria de que nuestros padres fueron avisados de Daniel, cuando estuvo en Babilonia, de donde por su órden i disposicion vinieron á España, i les profetizó la muerte de el Justo, por cuya causa habia de ser desolado el templo de Jerusalen, i que Jeremías i otros profetas sienten mal de los judíos que permanecian en Jerusalen, no queriendo bajar á Ejipto con el mismo Jeremías; pero de los judíos buenos enviados por Dios á España, hablan bien.
Haced de modo que una criatura diga á un viejo: ¿abuelito, qué hará usted en la sepultura? ¿Abuelito, hacia usted muchas travesuras cuando era niño? Estudiad la cara del viejo al oir estas dos preguntas, y este estudio nos dirá más que toda la filosofía teórica. Hay otra razon para que el anciano sea egoista en el primer período.
Haced como pudiéreis que se le dé una provisión de capitán de la guardia española al servicio del rey en palacio, y si no pudiéreis procurársela sin dinero, compradla: buscaremos como pudiéremos lo que costare. No somos más largos porque el tiempo urge. Haced lo que os hemos encargado, y bendecidnos. La Reina.»
¿Pues qué mejor seguridad queréis? haced el negocio, y dejadme en paz á mí; no quiero mezclarme en él, y siento mucho que me hayáis dicho tanto, porque cuando se trata de enredos lo mejor es no saberlos. Pero venid acá; ¿no veis que nosotros solos no podemos hacer ese negocio?
-Yo no os entiendo, marido -replicó Teresa-: haced lo que quisiéredes, y no me quebréis más la cabeza con vuestras arengas y retóricas. Y si estáis revuelto en hacer lo que decís... -Resuelto has de decir, mujer -dijo Sancho-, y no revuelto.
Yo, que siento viva y dolorosamente todo esto, también me he gastado, y siento debilitado mi afecto; creo que es únicamente contra los malos, pero aquellos a quienes yo condeno se justifican igualmente por la misma creencia. ¡Dios mío! devolvedme mi paz, haced que yo no me mezcle en nada de lo que no deba, y que me separe, en cuanto dependa de mí, de las iniquidades de este siglo que han de ser necesariamente odiosas a vuestros ojos.
No lloréis, y haced silencio, que quiero confesar mis pecados al señor capellán de mi casa.
32 Y el rey David dijo: Llamadme a Sadoc sacerdote, y a Natán profeta, y a Benaía hijo de Joiada. Y ellos entraron a la presencia del rey. 33 Y el rey les dijo: Tomad con vosotros los siervos de vuestro señor, y haced subir a Salomón mi hijo en mi mula, y llevadlo a Gihón.
Palabra del Dia
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