United States or British Indian Ocean Territory ? Vote for the TOP Country of the Week !


Muy pronto irá, Rufino, quizás lo lleve yo mismo. ¿Qué, ya están por volverse, don Ricardo?... Viera qué calor en la ciudad... ¡y miren que esto es lindo!... Si es una gloria estar aquí.... El que no anda muy bien, es su papá, don Melchor. ¿Qué es lo que ha tenido?... En las cartas no me decían que estuviese enfermo de cuidado... Parece que lo atacó el hígado... y algo de los riñones también.

Estas sustancias, además, se han empleado en todos tiempos, tales como el polvo del coral, de los huesos, de la nácar de perla, de las cáscaras de huevos, de las conchas de ostra, de diversas concreciones, de los ojos de cangrejo y el agua de cal, atribuyéndolas antiguamente eficacia en un gran número de enfermedades, cuales son: fiebres intermitentes con hinchazon mas bien edematosa del hígado y bazo, leucoflegmasías, escorbuto, dartros, sarna, úlceras atónicas, escrófulas, infartos lácteos, leucorreas y enfermedades del útero, edemas, cánceres, infartos articulares, artritis, coqueluche, hidrofobia, cálculos vesicales, acedías del estómago, marasmo, fiebre verminosa y gonorrea antigua.

RAYA A LA CASERA. Después de bien lavada la raya en agua fría, sacado su hígado, que se separa, y cortadas las aletas en pedazos, póngase a cocer en una cacerola o perol con agua, vinagre, cebolla y un poco de sal; se la deja dar dos hervores para que no esté demasiado cocida; sáquese luego y échese en una fuente para pelarla; póngase después en la hornilla con medio caldo; cuando se vaya a servir se escurre, se coloca con su hígado cocido por encima y se rocía bastante con salsa blanca.

PESCADILLAS FRITAS. Límpiense bien cuatro o cinco pescadillas, quitando las tripas, dejándoles el hígado; désele cuatro o cinco ligeros cortes en cada lado; hecho esto, se rebozan con harina, se fríen sobre fuego vivo, y se sirven encima de una servilleta doblada y adornada de perejil en rama, espolvoreándola con sal.

He visto mucho mundo afirmó Feijoo, con tolerancia de sacerdote hecho al confesonario . Las personas que son como usted suelen pasar una vida de perros. No hay mayor desgracia que tener el corazón demasiado grande. Cerebro grande, estómago grande, hígado grande, son males también; pero menores. Y yo he de poder poco o le he de recortar a usted el corazón, para que haya equilibrio.

En el último verano estuvo en la Granja pero no le pude ver, porque siempre se negó a recibirme. Ahora me será más fácil, porque le escribirá usted dos palabras. Lo haré con mucho gusto; pero prevengo a usted también que el Sr. D. Carlos está enfermo del hígado. Ya se ve ¡ha trabajado tanto! Es un incansable campeón de las buenas doctrinas.

OTRA FÓRMULA. Se limpia y prepara el faisán rellenándolo con un picadillo de su mismo hígado, tocino, perejil, cebolla, sal y especias; se cose y envuelve en lonjas de tocino, poniéndolo a asar. Puede servirse con una salsa cualquiera.

19 y los sebos del buey; y del carnero, la cola con lo que cubre las entrañas, y los riñones, y el redaño del hígado; 20 y pusieron los sebos sobre los pechos, y él quemó los sebos sobre el altar. 21 Pero los pechos, con la espaldilla derecha, [los] meció Aarón con mecimiento delante del SE

La sensibilidad, la tumefaccion y los dolores quemantes en la region del hígado, y su agravacion por el acto respiratorio, son síntomas dignos de consideracion; las membranas son las partes preferentemente afectadas en la hepatitis propia de cantárida. La accion de este medicamento sobre las mucosas en particular, es digna de tenerse en cuenta.

Abriendo después la puerta, mas sin salir de la alcoba, la señora siguió hablando con su sobrino: «Ya sabes lo que te he dicho. Hoy no me sales a la calle... Y desde mañana empezarás a tomarme el aceite de hígado de bacalao, porque todo eso que te da no es más que debilidad del cerebro... Luego seguiremos con el fosfato, otra vez con el fosfato. No debiste dejar de tomarlo...».