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Actualizado: 5 de junio de 2025


Creo haber contado como ciento doce edificios religiosos, entre iglesias, conventos, capillas y oratorios, lo que prueba que en Sevilla no se han pasado jamas hambres en lo relativo al pasto espiritual. Al contrarío, en esa materia se ha pecado en España por la gula, resultando indigestiones seculares.

Decía Cabra a cada sorbo: "Cierto que no hay tal cosa como la olla, digan lo que dijeren; todo lo demás es vicio y gula." Acabando de decirlo echóse su escudilla a pechos, diciendo: "Todo esto es salud y otro tanto ingenio." "¡Mal ingenio te acabe!" decía yo entre , cuando vi un mozo medio espíritu y tan flaco, con un plato de carne en las manos, que parecía la había quitado de mismo.

Mas en pleno invierno... Y con las narices dilatadas de gula, los caballos se acercaron al alambrado. ¡, pasto fino, pasto admirable! ¡Y entrarían, ellos, los caballos libres! Hay que advertir que el alazán y el malacara poseían desde esa madrugada, alta idea de mismos. Ni tranquera, ni alambrado, ni monte, ni desmonte, nada era para ellos obstáculo.

Zadig le dixo: Habeis jugado á la pelota, y no os habeis hartado: sabed que no hay tal basilisco en el mundo; que un hombre sobrio y que hace exercicio siempre vive sano, y que tan imaginado es el arte de amalgamar la gula con la salud como la piedra filosofal, la astrología judiciaria, y la teología de los magos.

El mundo está convertido por nuestra gula en una carnicería. ¡Y de qué medios tan traidores no nos valemos para matar a los que nos comemos después! ¿Hay nada más abominable que atraer con reclamo a las aves para que acudan movidas por el amor, y en vez del amor hallen la muerte?

De la gran cuadra llegaban los relinchos de los caballos sementales y los rebuznos de los garañones, acompañados de pataleos y bufidos de gula satisfecha ante el pesebre lleno.

No seas golosa, ama; no seas golosa; no te acuerdes tanto de las ollas de Egipto, como decía el señor Cura, quien te solía reprender por ese vicio de la gula dijo Inesita riendo. No es gula, ingrata. Yo me lamento por ti, y no por . A me basta con un plato de alboronía o con un gazpacho. Por otra parte, yo no me duelo sólo de la comida, sino también de otras cosas. Y me duelo con razón.

La conocía palmo a palmo, por dentro y por fuera, por el alma y por el cuerpo, había escudriñado los rincones de las conciencias y los rincones de las casas. Lo que sentía en presencia de la heroica ciudad era gula; hacía su anatomía, no como el fisiólogo que sólo quiere estudiar, sino como el gastrónomo que busca los bocados apetitosos; no aplicaba el escalpelo sino el trinchante.

Y como dijo el alegre padre Loriot, «era ya tiempo»; porque alrededor de mi cuerpo inmóvil revoloteaba un negro semicírculo de esos enormes cuervos de Tartaria, contemplándome con gula.

En aquella plaza larga, ligeramente arqueada y estrecha en sus extremos, como un intestino hinchado, amontonábanse las nubes de alimentos que habían de desparramarse como nutritiva lluvia sobre las mesas, satisfaciendo la gigantesca gula de la Navidad, fiesta gastronómica, que es como el estómago del año. Doña Manuela permaneció inmóvil algunos minutos en la bocacalle.

Palabra del Dia

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