Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de mayo de 2025


Otro día cojo al vuelo una frase; otro, percibo todo un diálogo; otro, hablo con ella y la guío con sutileza a que me confíe algún secretillo; otro, completo lo que ella me haya dicho con lo que otros me comuniquen acerca de ella misma; y así, poco a poco, he llegado a conocerla en puridad, porque he entrado en su drama. Cada vida es un drama de más o menos intensidad.

A lo cual replicó don Quijote: -Yo no que haya más que decir; sólo me guío por el ejemplo que me da el grande Amadís de Gaula, que hizo a su escudero conde de la Ínsula Firme; y así, puedo yo, sin escrúpulo de conciencia, hacer conde a Sancho Panza, que es uno de los mejores escuderos que caballero andante ha tenido.

Los náufragos no podían ya dudar un instante; y se apresuraron a internarse en la selva alejándose del río. La selva era espesísima y reinaba tal oscuridad en ella que apenas podían distinguirse los troncos de los árboles; pero Cornelio que conocía muy bien los bosques de Timor, por los cuales había andado a menudo, se puso a la cabeza de los expedicionarios y los guió hacia el Oeste.

Al pie de la escalera tortuosa por donde los guió el escudero francés hallaron los fugitivos á un desarrapado centinela, de quien dió pronta cuenta una flecha disparada por la segura mano de Simón. Pequeña puerta los separaba del gran patio del castillo y al otro lado de ella se oían las voces y carcajadas de multitud de enemigos, ebrios de sangre y enloquecidos con su triunfo.

En resumen, el señor de Bevallan, que no teme instituirse profesor cínico de estos calaveras sin barba, no me ha gustado, ni pienso haberle agradado tampoco. Protesté un poco de fatiga y me retiré. A mi llamamiento, el viejo Alain tomó una linterna y me guió á través del parque hacia la habitación que me estaba destinada.

La mano misericordiosa del coloso le volvió á su seguro refugio; pero después de esta aventura mortal parecía haber perdido las ganas de prolongar el paseo y guió á su protector hacia la Universidad. Siguiendo sus consejos, Gillespie marchó lentamente para fijarse en todas las particularidades del edificio que Ra-Ra le iba explicando.

Antes, al defender la fe católica, de que se hicieron y fueron maravillosos adalides, se pusieron en el camino del progreso, á la cabeza de la humanidad, levantando el lábaro y apareciendo casi, así por el amor de la religión como por el amor de la ciencia, semejantes á la columna de fuego que guió en el desierto á los israelitas durante la noche.

Os la diera mejor para subir. Ya subiremos. Y aún llueve dijo Quevedo. Y hace obscuro; por lo mismo os guío. ¿Y las gentes que os acompañan? Se han ido. Misteriosa aventura. Y más misteriosa la felicidad que más allá de esta puerta me aguarda. Y la condesa abrió con llave el postigo de una cerca. Entrad dijo. Quevedo entró. La condesa sintió que otra persona cerraba el postigo.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando