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Actualizado: 5 de julio de 2025


La ciudad de Neuchâtel, situada en la desembocadura del Seyon, demora en la falda de una montaña considerable y montuosa que es uno de los mas grandes contrafuertes de la cadena oriental del Jura, y se levanta en graciosos anfiteatros, despues de cubrir una angosta faja de terreno llano sobre la ribera del lago.

En París se confeccionan los mejores guisos y se hacen los más graciosos vestidos y sombreros para mujeres; es menester, por consiguiente, que también se crea y se divulgue que en París se entiende mejor el amor y se le condimenta con aliños más picantes y especierías más ricas y exóticas.

Yo te recogí, curé tus heridas, y desde entonces no me has abandonado. Cuando los graciosos del regimiento se burlaban de , y me llamaban cura-perros, venías a lamerme la mano que te salvó, como queriendo decirme: 'los perros son agradecidos'. ¡Oh Dios mío! Yo amaba a mis semejantes.

Justo es reconocer que nunca el arte pictórico reprodujo un grupo más seductor que el que formaban, casi juntas, las cabezas de aquellas dos criaturas, tan diametralmente opuestas en sus rasgos físicos y en su carácter, que no parecía sino que el propio Rafael las había unido para hacer un estudio de dos tipos graciosos en igual medida, aunque ofreciendo con su unión el contraste más vivo.

Cuando el bañista ve al reptil ondulando á su lado sus graciosos anillos, no cree en la maravillosa aparición de la serpiente de Esculapio, sino que, lleno de terror, salta sobresaltado prorrumpiendo en grandes gritos.

Allí iban también de paseo a la hora de medio día en invierno y por las tardes en verano las damas a la moda y los petimetres, abates y enamorados, ocurriendo con estos mil lances y escenas de que nos ha dejado retrato muy vivo D. Juan del Castillo en sus sainetes urbanos, no menos graciosos y verdaderos que los populares y consagrados a la majeza.

Cogió á la señorita Guichard por la mano y, con autoridad, la acercó á la ventana. La luna alumbraba los macizos del jardín y, cogidos del brazo, los dos jóvenes paseaban á lo largo de las filas de plantas, refrescadas por el aire de la noche. Iban lentamente, con paso cadencioso, graciosos y encantadores. ¡He ahí, sin embargo, lo que querías impedir, continuó Roussel con severidad.

Una saya de seda color de rosa, recogida en ricos y graciosos pliegues por la diminuta mano, daba magestad á su erguido busto cuyos movimientos favorecidos por el ondulante cuello delataban todos los triunfos de la vanidad y de la coquetería satisfecha.

Reiteráronse los ofrecimientos y comedimientos, y, con la buena licencia de la señora del castillo, don Quijote y Sancho, sobre Rocinante y el rucio, se partieron. Capítulo XIX. Donde se cuenta la aventura del pastor enamorado, con otros en verdad graciosos sucesos

Nadie se atreverá, sin duda, a negar a Lesage un espíritu sutil, fino, creador, lleno de agilidad en la forma y de aptitud en la observación, animado de una alegría verbosa y comunicativa y de rasgos adústicos y graciosos; pero no ha puesto ni un solo tipo en la circulación de las creaciones literarias.

Palabra del Dia

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