Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de junio de 2025
El diplomático no las tenía todas consigo: para él era evidente que Isabel Mazacán no exageraba ni mentía al repetir las noticias del lindo ministro García Gómez. Pero ¿cómo interpretar entonces la repentina mudanza de Currita?
Confieso que, aunque iban mezcladas con risa, las calamidades del dicho hidalgo me enternecieron. Preguntéle cómo se llamaba y adónde iba y a qué. Dijo que todos los nombres de su padre: don Toribio Rodríguez Vallejo Gómez de Ampuero y Jordán. No se vio jamás nombre tan campanudo, porque acababa en dan y empezaba en don, como son de badajo.
Excelentísima señora condesa de Nacharnudo. Excelentísima señora duquesa de Bara... Recóndito asombro de esta al verse incluida en el grupo en que por exigencias de Butrón habían de figurar tan sólo mujeres honradas... La marquesa hace una pausa, examina un momento al auditorio y prosigue leyendo: Secretaria: excelentísima señora doña Paulina Gómez de Rebollar de González de Hermosilla...
Isidro había salido de los primeros, con la gravedad de un notario, vestido de negro, sin soltar el bolso, volviendo la cabeza para recontar su gente: los adversarios, los padrinos, «el amigo Gómez» en clase de protegido suyo y dos jóvenes argentinos agregados a la partida con el carácter de espectadores.
También Gómez empezaba a sentir cierto orgullo por haber presenciado el duelo. Un espectáculo interesante que podría relatar a sus amistades.
Esperaba pues dicho Lorenzista, que si los sacase á las llanuras de aquellas sus tierras, los habia de acabar ó derrotar con el ímpetu de su gente y caballos: pero como casi penetrase el intento Gomez Freire, se resistió fuertemente, y no quiso salir de entre los montes y breñas.
46. Era el dia de la fiesta de la Asumpcion, cuando tres Luisistas, que poco há con astucia y perfidia habian sido cautivados en el Rio Verde, (ó como dicen los Portugueses, Pardo, siendo por ellos mas conocido con este nombre) el dia antes de la fiesta se aparecieron en este puerto, cuando menos los esperaban. Estos contaban las siguientes cosas, es á saber: que despues de haber pasado dos semanas de cautiverio en la fortaleza del Rio Pardo, los llevaban rio abajo en una lancha á otro fuerte de los Portugueses, situado en la boca del Rio Grande, y de aquel grande estanque, para que fuesen presentados al Virey y autor de todos estos males el iniquísimo Gomez Freire. Eran 50 los cautivos, custodiados por 15 ó 16 Portugueses que los acompañaban. Por lo que, vista tan pequeña guardia, y incitados por algunos españoles que iban allí, los cuales dijeron que los llevaban á matar, conspiraron en matar la guardia, y ponerse en libertad, y no prevalecieron los pareceres de algunos que no aprobaban el motin por defecto de armas y discordia de los ánimos. La última deliberacion fué contra los Portugueses, y así inopinadamente acometieron
Dirigiose rectamente hacia el niño. El pequeño Gómez sintió miedo al ver a aquella mujer enlutada, y escapó corriendo hacia su madre. La señora Chermidy dio algunos pasos tras él y se detuvo en seguida en presencia de Germana. Germana se hallaba sola en el jardín con el marqués de los Montes de Hierro.
Paco Gómez jugaba con una condescendencia displicente, como hombre que se adelantaba mucho a su época, cometiendo mil torpezas y desaciertos que demostraban la distracción que caracteriza a los seres superiores. En cambio, Núñez tenía puestos los cinco sentidos. No se vio jamás hombre más erudito en aquellas materias ni que las tratase con más profundidad.
¿Y los otros? pregunté a Neluco en cuanto dio fin a su relato . ¿Qué ha sido de ellos? ¿De quiénes? preguntóme él a su vez. De los dueños de la casa respondí ; mejor dicho de los ex-dueños, de los dos perdularios que se la vendieron al tabernero por un pellejo de vino. Pues de esos ilustres vástagos de los Gómez de Pomar no sé nada cierto a la hora presente.
Palabra del Dia
Otros Mirando