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Actualizado: 23 de junio de 2025


Y que había estado en Madrid tan cerca de Lope de Vega como lo estaba de , y que había visto a don Alonso de Ercilla mil veces, y que tenía en su casa un retrato del divino Figueroa, y que había comprado los gregüescos que dejó Padilla cuando se metió fraile, y que hoy día los traía, y malos. Enseñólos, y dioles esto a todos tanta risa, que no querían salir de la posada.

Singularmente al llegar la primavera menudeaban las dolencias de carácter inflamatorio, y cada apoplegía que estallaba era un súbito escopetazo que se llevaba un fraile al sepulcro, sin darle cinco minutos para rezar un Padre Nuestro.

¿Ha estado alguna otra vez ese joven en la corte? No, señor. ¿Y entonces cómo conoce á doña Clara? Yo no lo , pero en palacio le conocen y mucho. Hablad, hablad. Yo creo, señor, y casi tengo pruebas, que doña Clara sólo es la cortina de ciertos amores. Explicáos. La reina... ¡Qué decís de la reina!... La reina ama á mi sobrino. Pasó algo siniestro por el semblante del fraile.

Perezoso tambien, seguro tu no sabe la leccion, ¿ja? El P. Millon no solo tuteaba á todos los estudiantes como buen fraile, sino les hablaba ademas en lengua de tienda, práctica que aprendió del catedrático de Cánones. Si el Reverendo quería con ello rebajar á los alumnos ó á los sagrados decretos de los concilios es cuestion no resuelta todavía apesar de lo mucho que sobre ello se ha discutido.

Otro caso notable de los efectos de la misma invocación es el de un fraile dominico llamado fray Juan Masias quien, durante más de doce años, estando en su celda a oscuras, en oración, se llegaban a él muchos demonios y le arrastraban y aporreaban tratándole muy mal de palabra y obra; pero que se veía libre de ellos diciendo: "Jesús Salvador, María y José sean conmigo."

Don Amaranto de Fraile, a quien conocí hace muchos años en una casa de huéspedes, era, sin duda, un hombre fuera de lo común, no menos por la traza corporal cuanto por su inteligencia, carácter y costumbres.

El fraile vacila un instante, pero clavando en la joven una mirada de arrobamiento, cual si hablase a una santa aparición, agrega con voz estremecida: Yo le conocí en Huancavelica, hará cosa de seis años.

El fraile se precipitó sobre él. ¡Desgraciado! ¡sólo él puede salvarnos! ¡sólo él conoce la salida! Viendo aquel movimiento hostil, el gitano había entrado en el mar que ya cubría el pecho de su caballo. He ahí a los aduaneros que bajan las últimas rampas, hijos míos, y ya sabéis que ahora las balas hacen daño dijo el maldito señalando al contrabandista herido de muerte.

Fue en Venezuela, en aquella costa de Cumaná, de horrible memoria, donde se levantó la voz de Las Casas, llena de sentimiento de humanidad más profundo. El que haya leído el libro del sublime fraile, que es el comentario más noble del Evangelio que se haya hecho sobre la tierra, sabe que ningún pueblo de la América ha sufrido como aquél.

De común acuerdo, el matrimonio y el fraile determinaron pedir al obispo, con humildad, pero con energía, que obligase al seminarista a cumplir la ley de Dios y la ley de los hombres. Hasta la hora de comer, Belarmino y Xuantipa no supieron nada de la fuga. Xuantipa, que se había convertido en una beata rabiosa, venía de pasar tres horas en la iglesia de San Tirso.

Palabra del Dia

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