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Actualizado: 14 de junio de 2025
La «planchadora», por el contrario, prefiere la murmuración a la «plancha». Alguna vez se «plancha» sin ser «planchadora»; un «planchado» fortuito, casual, injustificado; porque, usando el lenguaje corriente, hay bailes con suerte y bailes con desgracia. He aquí un fenómeno superior a nuestra capacidad analítica. ¿Por qué en unos bailes tenemos éxito y en otros no lo tenemos? Misterio.
Entre tanto, lejos de desalentarse en su empresa, cada día buscaba con mayor empeño ese instante, ese fortuito choque, y no perdía ocasión de arrimarse a los privilegiados para hombrearse con ellos y meter la cuchara en sus conversaciones.
Cuanto á las ventajas de la navegacion, me parece que seria muy útil el dicho puerto, tanto para los que naveguen á Malvinas y á San Julian, ó á algun otro establecimiento que se verifique en la costa, teniendo en el camino un puerto en que entrar en caso fortuito, como á los navios que fueren y vinieren para el mar del sud: cuya utilidad no menos resultará á favor del comercio de quien puedan ser dichas embarcaciones.
Te embriagaste allí con la presencia de la que era para ti el universo, y excitado por los celos, animado por la resistencia que tú mismo te oponías, iluminado por algún acontecimiento fortuito que tal vez en el momento en que ni siquiera lo sospechabas, ha alumbrado tus propios sentimientos, has leído con espanto en tu propio corazón, y convencido de que si continuabas luchando sucumbirías en la lucha, has tomado un partido extremo, una resolución desesperada; has venido, en fin, a pedirme la mano de Antoñita para Raúl.
Caprichos, veleidades de la fortuna, del «hado» quizás..., porque el marqués estaba persuadido de que a los «hombres públicos» los forman las circunstancias, un momento de la vida, un «choque fortuito», de la piedra contra el acero, que hacía brotar la luz de repente. Así entendía el «hado» el buen marqués.
Todo el horror de los tiempos lejanos lo asaltó violentamente, y estos recuerdos dolorosos abogaron con elocuencia en favor del huérfano. El nuevo propietario de la fábrica vio, en este encuentro fortuito, como la indicación de una deuda a pagar a Dios en agradecimiento de su felicidad actual.
Palabra del Dia
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