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Actualizado: 22 de mayo de 2025


Aunque en esta parte no parece razonable alabar en todo sus fallos, siendo tan falaz su fundamento, debemos, no obstante, confesar que ataca sólo las exageraciones y los excesos, y la falta de dignidad y de moralidad, que se advertía en muchas producciones dramáticas de la época.

Fué preso al cabo, y al siguiente día, 3 de Julio, le ahorcaron en la orilla del río, quedando con aquella ejecución en tranquilidad muchos vecinos de Triana, que durante largo tiempo anduvieron siempre amenazados con los desmanes y excesos de furor del Bravo de las Galeras, cuyo recuerdo duró largo tiempo entre la gente de su laya que tanto abundaba en Sevilla en los siglos XVI y XVII.

En cuanto a la herencia paterna, ya le dije lo que creí cuando vi a su hijo. Respecto a la madre, hay allí un pulmón que no sopla bien. No veo nada más, pero hay un soplo un poco rudo. Hágala examinar bien. Con el alma destrozada de remordimiento, Mazzini redobló su amor a su hijo, el pequeño idiota que pagaba los excesos del abuelo.

Entonces, a la luz de un mechero de gas inmediato, pude observar ciertos rasgos de distinción degradada en el semblante angular y huesoso de aquella mujer: del mismo modo, no era difícil comprender que aún era joven; que si parecía vieja, lo debía a excesos, y que en otro tiempo debió ser notablemente hermosa.

En esto se entretuvo el campo dos dias, y Montaner ya que se queria partir, hijo juntar consejo general, y despues de haberles entregado los libros, y el sello del ejercito, les dijo, que el Infante Don Fernando de parte del Rey, y suya le habia mandado que le siguiese, á quien era forzoso obedecer y que no lo habia querido hacer antes, hasta haber dado descargo de lo que se le encomendó que él se iba con grande sentimiento de dejarles, aunque por su mal proceder de ellos pudiera no tenelle, pues daban tan mala recompensa á los que les habian gobernado, y sido sus generales que Berenguer quedaba muerto por sus excesos, y Fernan Jimenez entregado á la fe dudosa de los Griegos.

Mientras espera ocasión favorable para realizar su propósito, se abandona á los excesos más indignos, que ya desde antes le halagaron, y que han sido la causa principal de la pérdida de su salud. Ha concebido una pasión violenta por la bella Doña Violante; pero ésta, prometida á otro, rechaza con desprecio sus proposiciones, induciéndole á emplear la fuerza para conseguir el logro de sus deseos.

Puesto que la señorita Guichard se daba cuenta de su estado, todavía era posible curarla. Si se la dejaba entregada á misma, los irresistibles impulsos de su carácter batallador la arrojarían á cometer excesos que serían causa de cuidados y penas para Mauricio y Herminia. Era preciso á toda costa apoderarse de ella.

De aquí deducen, que el método de las Escuelas es importuno, inutil y enfadoso, asegurando que fuera mejor tratar las Ciencias con discursos seguidos, que con disputas Escolásticas. No apruebo yo todo lo que hacen las Escuelas en punto de sylogizar, porque veo bien que se cometen excesos dignos de enmendarse.

Para evitar pues, los excesos que en esta parte cometemos los hombres en la averiguacion de la verdad, conviene mostrar como los afectos del ánimo concurren con el entendimiento, y alteran el buen orden de sus operaciones: asunto que se toma de la Moral para hacerlo servir á la Lógica.

Bien convencidos los indios de esta verdad, apenas habia poblaciones de ellos, que no se abrasase en la trágica llama del tumulto, porque á poco despues alborotóse la provincia de Pária, dando en el pueblo de Challapata cruel muerte al corregidor D. Manuel Bodega, egecutándose lo mismo en la de Chichas, Lipes y Carangas, siguiendo el mal ejemplo la de Sicasica, parte de las de Cochabamba, Porco y Pilaya, siendo en todas iguales los excesos, y parecidos los insultos de muertes, robos, ruinas de haciendas, sacrílegas profanaciones de los templos.

Palabra del Dia

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