Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de julio de 2025
Figúrense el terror de aquella infortunada mula, cuando después de dar vueltas una hora a ciegas por una escalera de caracol y haber subido no sé cuántos peldaños, encontrose de pronto en una plataforma deslumbrante de luz, y a mil pies debajo de ella contempló todo un Aviñón fantástico: las barracas del mercado tan pequeñas como avellanas, los soldados del Papa delante de su cuartel como hormigas rojas, y allá abajo, sobre un hilillo de plata, un minúsculo puentecito, donde había bailes y más bailes... ¡Ah, pobre bestia! ¡Qué susto!
Encontróse entonces frente a la puerta de la capilla, que estaba de par en par abierta; era esta entrelarga, ancha y extensa, con una gran puerta en el fondo que daba al interior del colegio y otra lateral para el servicio de la gente. En el testero hallábase el altar, parcamente adornado, con algunas luces que ardían a derecha e izquierda del tabernáculo.
Encontrose allí con Monthélin, acomodado cerca del fuego. El señor de Monthélin, que tenía ya demasiado con la presencia de Toby, se exasperó tanto al ver a de Lerne que perdió su sangre fría ordinaria; persistió contra todas las conveniencias en prolongar indefinidamente su visita, a tal extremo, que de Lerne tuvo que tomar el partido de retirarse el primero, aunque hubiese llegado el último.
La gente abandonaba los balconajes para correr a este último sitio. Cerca del jardín de invierno encontróse con Maud, que marchaba entre los esposos Lowe. Cruzaron un saludo, y Ojeda experimentó instantáneamente una sensación de extrañeza. Mrs. Power parecía otra mujer. Casi sintió deseos de pedirla perdón, como el que se equivoca confundiendo a un extraño con una persona amiga.
Al atravesar una antesala, encontróse Currita un lacayo, que le presentó una carta en una bandeja de plata. Para el señor marqués de Sabadell dijo. Tomóla al punto Currita, con grande prisa, y miró el sobre; era su letra una de esas letras inglesas de mujer, de rasgos firmes y corridos, y por debajo del nombre de Jacobo, decía: Urgentísima. ¿Quién ha traído esto? preguntó.
Y eran de ver las idas y venidas cuando confesé que todavía no me había desayunado. ¡En seguida, el cubierto, niñas! La mesa en medio del cuarto, el mantel del domingo, los platos de flores. No se rían tanto, hagan el favor, y vamos de prisita. Creo que, efectivamente, se apresuraron. Apenas en el tiempo necesario para romper tres platos, encontrose servido el almuerzo.
Subió nuevamente la orilla, y guiado por algunas luces que se movían en torno de un punto fijo de la montaña, encontrose pronto rodeado de una multitud de hombres sombríos y presa de profundo terror. De en medio de la multitud salió la niña, y tomándole de la mano, le condujo silenciosamente delante de lo que parecía ser un profundo boquete en la montaña.
Una noche, al retirarse después de acompañar a Tónica y su amiga en su paseo por la feria, encontróse en la puerta de casa con su hermano Rafael, que se llevaba el pañuelo al rostro como para ocultar algo que le molestaba. Arriba, a la luz del comedor, vio a Rafael con un ojo amoratado y las narices sucias de sangre.
Palabra del Dia
Otros Mirando