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Actualizado: 7 de julio de 2025


Verónica hubiera preferido otro rumbo: Vichy, por ejemplo; y no porque Pepe Guzmán se hubiera despedido para aquellas aguas, que tomaba todos los años para curar ciertos desarreglos de su estómago, puesto que la había dado su palabra de encontrarse con ella «donde menos lo pensara», sino porque... «cada cual tiene sus gustos».

Por ejemplo, á media noche, cuando la Tierra se halla en T, se encontrará opuesta al Sol una estrella e. Al llegar el planeta á la posición T', otra estrella irá á encontrarse á la misma hora en la dirección de la línea que une la Tierra al Sol.

»Algunos días después recibimos una visita que estábamos muy lejos de esperar. Carlos iba frecuentemente a desayunarse y a pasar el día con nosotros. Un criado entró y dijo en voz baja a Carlos que monseñor el obispo de Nola deseaba verle. Carlos exclamó sorprendido: »¡El! ¡en Inglaterra!... ¿Qué le ha traído?... ¿Por qué no entra? ¿Teme volver a ver a sus amigos y encontrarse entre ellos?

También le llamaba mucho la atención Catana. Juraría que se cruzaban entre las dos ciertas ojeadas recelosas de tarde en cuando... Además, la rondeña paraba en el comedor lo menos que podía, huyendo siempre de encontrarse con la mirada de su amo.

No lo , mas no me engañaría si asegurase que suelen encontrarse en los talleres del pintor, con más frecuencia que en cualquier otro sitio, esas almas candorosas y graves, esos corazones sencillos, rectos y altivos que tan alto hablan en honor de la humana especie; y sin que pretenda dar a mi observación la fuerza de una verdad axiomática, que sería irracional e injusta, puedo decir en conciencia, que pocos caracteres podrían compararse en nobleza con los de algunos artistas a quienes muy de cerca he conocido.

Entonces salió de su casa, pues nadie había presenciado el crimen, y en la calle acertó á encontrarse á dos señores, que eran don Felipe y don Buenaventura Alcázar, primos de la víctima, y á los cuales dijo Villegas que había matado á un hombre y les rogaba les diesen asilo.

Después de la comida en Rosalinda, al encontrarse de nuevo en la hospedería del Sol de Oro, ¿no había por un momento sentido la ilusión de verse a mismo apoyado de codos en la ventana de su antiguo cuarto? ¿No explicaba también esta singular semejanza la espontánea simpatía de la señora Liénard, apenas se vieron en casa de su amigo el inspector?

Pero á continuación no pudo evitar un sentimiento de celos contra este pobre joven obscuro y enfermo. Vivía á todas horas cerca de Alicia, mientras él no lograba verse admitido en su «villa» ni como simple visitante. ¿Por qué?... Llevaba varias semanas haciendo conjeturas, atisbando una ocasión para encontrarse con Alicia.

Las sublimes palabras con que san Juan comienza su Evangelio, encierran, á mas de la verdad augusta enseñada por la inspiracion divina, doctrinas trascendentales que aun miradas bajo un punto de vista meramente filosófico, son de una importancia mayor de la que encontrarse pudiera en las palabras de ningun hombre.

Y es que el joven, viendo las claras señales que ella daba de arrepentimiento, las pruebas un tanto humillantes de su simpatía hacia él, no se apartase de la obediencia, no la siguiese jamás ni buscase ocasión de encontrarse con ella en el paseo. Esto, a la larga, iba irritando su amor propio. Parecía que aquel señor tomaba con demasiada afición el papel contrario.

Palabra del Dia

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