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Voluntad firme no es lo mismo que voluntad enérgica, y mucho ménos que voluntad impetuosa. Estas tres cualidades son muy diversas, no siempre se hallan reunidas, y no es raro que se excluyan reciprocamente. El ímpetu es producido por un acceso de pasion, es el movimiento de la voluntad arrastrada por la pasion, es casi la pasion misma.

Y celebremos además, prescindiendo de todo interés de partido, la enérgica y atinada actividad con que el general Azcárraga, ministro de la Guerra, ha logrado enviar á la grande Antilla, con extraordinaria rapidez, los hombres y los recursos que allí se requieren, para que la rebelión pueda ser sofocada.

Dentro sonaban lamentos, consejos dichos con voz enérgica, un rumor de lucha. Era Pepeta queriendo separar á Teresa del cadáver de su hijo. Vamos... había que ser razonable: el albat no podía quedar allí para siempre; se hacía tarde, y los malos tragos pasarlos pronto.

La idea de la belleza se asocia naturalmente a las de la bondad y de la virtud, que son contiguas, hasta el punto de que nada sea más fácil que atribuir estas dotes a los seres hermosos; pero ¿acaso no estaba acostumbrado, no solamente a defenderse de las deducciones demasiado naturales y no comprobadas todavía, a observar con igual penetración a los otros, a mismo y a la vida; acaso no había concluido por negar a ésta toda importancia? ¿De modo que iba a pagar su larga, enérgica, desesperada resistencia a todas las seducciones, con una alucinación repentina?

En cambio, tiene la América el mismo apego que la Europa al dinero, tiene la molicie de sus vicios, con mayor intensidad; y al lado de su suelo espléndido, de su enérgica y lozana vegetacion, distínguese por su debilidad moral, su esterilidad inteligente; , porque sobrepujando como sobrepuja á la Europa en corrupcion y decadencia moral, está doscientos años mas atras que la Europa en el noble camino del saber: esa es la América, la vírgen, lozana y esplendente América.

Aunque de apariencia endeble, su mirada imperiosa y enérgica recordaba que por sus venas corría sangre de famosos guerreros y que su hermano mellizo, el capitán Bartolomé de Berguén, era uno de los esforzados campeones ingleses que habían plantado la cruz de San Jorge sobre los muros de París.

La niña que saltaba del lecho a obscuras era más enérgica que esta Anita de ahora, tenía una fuerza interior pasmosa para resistir sin humillarse las exigencias y las injusticias de las personas frías, secas y caprichosas que la criaban. «¡Vaya una manera de hacer examen de concienciapensó doña Ana algo avergonzada.

Nada olvidó de lo que se acostumbra a decir en casos semejantes, agregándole, de su parte, más de una enérgica palabra de consuelo. Roberto permanecía inmóvil; apenas con un signo manifestaba que escachaba. Sin embargo, como el anciano no acababa, le interrumpió diciéndole: Deja eso, tío; esos son consuelos buenos para los chiquillos.

Santos, á quien doña Catalina parecía deliciosa como lo parecía á todo el mundo, porque en efecto lo era, y mucho más cuando ella tenía interés en parecerlo de una manera enérgica, se turbó, se puso pálido, guardó el relicario en lo interior de su justillo por la parte del corazón, y tartamudeó algunas palabras. Doña Catalina le había dado un golpe rudo.

Y no porque yo crea que el concepto de las virtudes más altas y la capacidad enérgica de ejercitarlas requieran educación esmeradísima y largos estudios.