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Actualizado: 27 de junio de 2025
Otrosí: relajamos la persona de dicho Don Juan Ponce de León á la Justicia y Brazo seglar, y especialmente al muy magnífico señor Licenciado Lope de León, Asistente por S. M. en esta ciudad y á sus lugares tenientes en el dicho oficio, á los cuales muy afectuosamente rogamos que se hagan benigna y piadosamente con el dicho don Juan, y porque el delito de la heregía es tan gravísimo que no se puede buenamente punir ni castigar en las personas que lo cometen, y las penas se extienden á sus descendientes: por ende declaramos sus hijos y nietos de dicho don Juan Ponce por línea masculina sean inhábiles para poder tener cualquier oficio público, ó de honra, ó beneficios eclesiásticos, y que no pueden usar de las otras cosas prohibidas á los hijos y nietos de los semejantes condenados así por dicho común, Leyes y Pragmáticas de estos Reinos como por institución del Santo Oficio, las cuales habemos aquí por expresadas: y por esta nuestra sentencia juzgando así lo pronunciamos y mandamos en estos escritos y por ellos.
Esto sucedió en el año 1217, siendo juez de Teruel D. Domingo Celada: este y algunos eclesiásticos y vecinos de la parroquia de S. Pedro, dejaron por escrito consignado el hecho para memoria de la posteridad. Capítulo VIII. Los esqueletos de los Amantes de Teruel.
Perdióse luego la costumbre de asistir el cabildo Catedral á las fiestas de toros, que siguieron frecuentando las demás autoridades, y la verdad que fué gran lástima, pues si hoy siguiera se evitaría que los eclesiásticos tuviesen que ir recatándose, como lo hace el que gusta de esta diversión.
Mientras unos se aprestaban valerosos en las casas, en los monasterios, en las cárceles, á dar la vida por su creencia, otros huían del estado cordobés, y entre ellos retiráronse muchos monges y eclesiásticos á varias ciudades del norte de España, donde se vivia con menor peligro, ó se refugiaron en los nacientes dominios de los reyes cristianos.
Su educación clásica y la simpatía que inspiraba su juventud le abrieron cierto camino. Hablaba en latín con los abates franceses, que gustaban saber cosas de la guerra por aquel joven teólogo y al mismo tiempo le aleccionaban en el idioma del país. Estos amigos eclesiásticos le proporcionaban lecciones de español entre la alta burguesía afecta a la Iglesia.
Llamábanse así los asientos del piso superior, que se denominaban antes desvanes, y que ocupaban principalmente el público ilustrado y los clérigos. Era entonces moda estudiar á Tertuliano, y los eclesiásticos, sobre todo, tenían la costumbre de aducir en sus sermones citas de sus obras, por lo cual se les llamaba en broma tertuliantes, y tertulia al lugar que ocupaban.
Esto obligó á S. Gerónimo á contarle entre los Escritores Eclesiásticos, y á tener por verdaderas las cartas de S. Pablo á Séneca; mas los Críticos modernos no dudan que son apócrifas.
Las mujeres, los niños y los eclesiásticos, como no pueden defenderse, aunque sean ofendidos, no pueden ser afrentados; porque entre el agravio y la afrenta hay esta diferencia, como mejor Vuestra Excelencia sabe: la afrenta viene de parte de quien la puede hacer, y la hace y la sustenta; el agravio puede venir de cualquier parte, sin que afrente.
Le llama el pulpito decían en el jardín de la catedral . Siente el fuego de los apóstoles. Tal vez sea un San Bernardo o un Bossuet. ¡Quién sabe adonde irá a parar ese muchacho...! Uno de los estudios que más apasionaban a Gabriel era el de la historia de la catedral y de los príncipes eclesiásticos que la habían regido.
Antonio Pérez al Conde de Essex. Otra más provechosa entrevista con la Princesa Catalina servía para preguntarle si se daría por satisfecho con un Obispado como el de Burdeos, por ejemplo, que valía 7.000 escudos anuales, con el número de beneficios eclesiásticos suficientes para sostener la dignidad de Cardenal, y con una guardia de seis ú ocho suizos que desvanecería todo recelo de atentado contra su persona , mientras de la parte de allá le anunciaban las cartas del Conde de Essex que, vencida por voluntad de la Reina la oposición de los Cecil, estaba resuelto y en vías de preparación el envío de una escuadra inglesa á las Indias, y el de la expedición contra Cádiz .
Palabra del Dia
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