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Actualizado: 20 de junio de 2025
Le precedían a veces elefantes y rinocerontes, domadores que llevaban serpientes y tigres domesticados, y el rey iba a caballo, en medio de los más brillantes señores de la corte, sus favoritos y validos, todos con muy elegantes y vistosas ropas y con airosas y blancas plumas en los birretes.
Todo el mundo se acerca y rivaliza en agasajos con los brutos domesticados, y cada cual tiene su preferido, á quien obsequia en cada visita con golosinas que el pobre animal recibe con gratitud y cariño.
Sin duda, en la citada casa de campo, ha de tener Isidoro algunos animales domesticados, y entre ellos la cigüeña blanca. Tuvo un día el capricho de colgar al cuello de la cigüeña las tres poesías sanscritas, de cierto compuestas por él, porque es muy ingenioso y aprovechado estudiante. El quiso embromar a alguien, sin prever a quien embromaría.
Iba hablando solo y llevaba en la mano una vara donde se posaban dos pájaros domesticados. Era un príncipe del Imperio. ¡Extraños barrios!
A la verdad que tienen aire de recien domesticados, observa doña Victorina; ¡vamos á ver á los medio salvajes! Despues, la docena de muchachas, á su cabeza la alegre y viva Serpolette, ataviadas con sus mejores trajes, llevando cada una un gran ramillete de flores á la cintura, risueñas, sonrientes, frescas, apetitosas, se colocan con gran desesperacion de Juanito junto al poste de las servantes.
Averígüelo Vargas. ¿Por qué pudo celebrar el antiguo poeta y hoy no puede celebrar el moderno A aquellos capitanes, en la sublime rueda colocados por quien los alemanes, el fiero cuello atados, y los franceses van domesticados? Hoy no acertamos á atar el fiero cuello á Máximo Gómez ni á domesticar al mulato cimarrón Maceo. ¿En qué estriba la diferencia? Lo ignoro.
Le veía montado en su elefante de parada, de largas gualdrapas de oro que barrían el suelo, escoltado por belicosos jinetes y esclavos portadores de braserillos con perfumes; el grueso turbante coronado de blancas plumas con piedras preciosas; el pecho cubierto de placas de brillantes; la cintura ceñida por una faja de esmeraldas, de la que pendía una cimitarra de oro; y en torno de él bayaderas de pintados ojos y duros senos, tigres domesticados, bosques de lanzas; y en último término pagodas de múltiples techos superpuestos, con campanillas que exhalaban misteriosas sinfonías al más leve soplo de la brisa, palacios de fresco misterio, espesuras verdes, en cuya penumbra saltaban y rampaban animales feroces y multicolores... ¡Ay, el ambiente!
¿Y en qué se diferencian los servantes de los domestiques? pregunta Paulita. Juanito no se queda corto. Domestiques, los que están domesticados: ¿no ha observado usted como algunos tenían aire de salvajes? Esos son los servantes. ¡Es verdad! añade doña Victorina; algunos tenían muy malas maneras... y yo que creía que en Europa todos eran finos y... pero, como pasa en Francia... ¡ya lo veo!
A pesar de esto, mi voluntad no cedía; yo la encontraba fuerte y tensa, dispuesta a cualquier esfuerzo. Tomé una poción de quina, y a los quince días había recobrado la salud. A los confinados en los pontones se les trataba como a presidiarios. Casi todos los reclusos tenían palomas, pájaros, ardillas y otra porción de animales domesticados.
Palabra del Dia
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