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Actualizado: 10 de julio de 2025
Notó en las dos historias que Elena no iba de muy mala gana, porque se reía a socapa y a lo socarrón; pero la hermosa Dido mostraba verter lágrimas del tamaño de nueces por los ojos.
Si Virués hubiese sido consecuente con estas ideas en las demás partes de su obra, sin perder de vista su objeto, su Dido sería, sin duda alguna, el primer ejemplo de una tragedia verdadera de la época moderna; pero era imposible lograrlo trazando intrigas amorosas, que dañan á la acción principal, é impiden que se obtenga el deseado efecto.
La más rica en este género de bellezas es la Dido, su última tragedia al estilo antiguo, con coros y observancia de las tres unidades. La acción principal está perfectamente trazada, y reálzanla á veces rasgos tan grandiosos como nobles.
La época, el calzón ajustado, pie y brazo acuchillados. Es que no tengo. Sí, tienes dice un compañero, el calzón que te sirvió para Dido. Ya; pero eso debe ser otra época. No importa: le pones cuatro lazos y es eso. Yo saco peluca rubia dice el gracioso. ¿Por qué rubia? No tengo más que rubias; todas las hacen rubias. Bien; así como así la escena es en Francia.
Discrecion en el uso de las facultades del alma. La reina Dido. Alejandro. Ahora añadiré que si bien esto es preciso cuando se trata de aquellas verdades, cuya naturaleza consiste en relaciones con dicho sentimiento, como todo lo bello ó tierno, ó melancólico ó sublime; no lo es cuando la verdad pertenece á un órden distinto que nada tiene que ver con nuestra facultad de sentir.
Otra actriz muy célebre fué Angela Dido, cuyo sobrenombre recibió á causa de la habilidad extraordinaria con que representaba el papel de Dido, reina de Cartago, en la tragedia del mismo nombre, de Guillén de Castro. Nos concretaremos ahora á indicar sólo los nombres de los más célebres cómicos y cómicas del tiempo de Lope de Vega.
Si quiero apreciar todo el mérito de Virgilio en el episodio de Dido, es menester que no raciocine con sequedad, sino que imagine y sienta; pero si me propongo juzgar bajo el aspecto moral la conducta de la reina de Cartago, es preciso que me despoje de todo sentimiento, y que deje encomendado á la fria razon el fallar conforme á los eternos principios de la virtud.
Esotra le dijo que no sabría mirar lo que ella con su zapato representaba , respondiéndole esotra que de cuándo acá tenía tanta soberbia, sabiendo que en Sevilla le prestó hasta las enaguas para hacer el papel de Dido en la gran comedia de don Guillén de Castro, echando a perder la comedia y haciendo que silbasen la compañía. Tú eres la silbada dijo esotra , y tu ánima .
Un hombre tiene en la mano un cajon de caractéres de imprenta, que supondremos de forma cúbica, para que sea igual la probabilidad de caer y sostenerse por una cualquiera de sus caras; los revuelve repetidas veces sin órden ni concierto, sin mirar siquiera lo que hace, y al fin los deja caer al suelo; ¿será posible que resulten por casualidad ordenados de tal manera que formen el episodio de Dido?
En una dellas estaba pintada de malísima mano el robo de Elena, cuando el atrevido huésped se la llevó a Menalao, y en otra estaba la historia de Dido y de Eneas, ella sobre una alta torre, como que hacía señas con una media sábana al fugitivo huésped, que por el mar, sobre una fragata o bergantín, se iba huyendo.
Palabra del Dia
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