United States or Libya ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando llegue el padre Gracián, entras y si duermo, me despiertas.... Hoy no como. Pasada la hora de la siesta vino el padre Gracián. Era un mocetón de alta estatura, de treinta y ocho o cuarenta años de edad, moreno, los labios gruesos, la nariz aberenjenada, áspero el pellejo y curtido, como formado expresamente por Dios para resistir a los abrasadores climas del trópico y a los hielos polares.

Y este matrimonio de estudianta apenas emancipada de la vida escolar daba motivo para que todas las otras soñasen despiertas, á la hora del , describiendo cada una de ellas la posición social y el aspecto físico del futuro esposo que aún se mantenía oculto en el misterio del porvenir. Yo quiero casarme con un millonario que me pague los mayores lujos.

Si estuviera sola propiamenti, con el primer tiru le bastaba, si era míu; pero como está encuevá, ¡vaya usté a saber!... Hay que mirar las cosas. En resumen, ¡canario! ¿vosotros vais con alguna confianza? Y si no la yeváramus, no juéramus. Pues mañana, cuando sea hora de emprender la marcha, entras en mi cuarto; y si estoy dormido, me despiertas.

Las constituciones son vigorosas y resistentes, las fisonomías francas y despiertas, los cuerpos de talla generalmente levantada. Abundan los ojos azules, los cabellos rubios y las mejillas rosadas; y en todos los hábitos se nota la sencillez y un candor muy atractivo unido á la inteligencia práctica de las cosas.

Mientras agitaba las bolas, todas las miradas se posaron en los dos amantes, que instantáneamente dejaron de conversar. Paco volvió á sacar y á gritar los números. ¿Me quieres mucho? ¿No te lo he dicho bastantes veces? Ya debías estar cansado de saberlo. Díme, cuando te despiertas por la noche, ¿en qué piensas? Yo nunca despierto por la noche, querido.

Y luego, ya despiertas, hablan y sacan por la abertura del brial sendas faltriqueras de pana. De estos bolsillos, una de las viejas extrae una enorme y luciente llave, y la otra, otra llave disforme y un peine amarillento. Luego, vueltos llave y peine a los senos profundos de las bolsas, las dos viejas charlan de sus tráfagos y negocios.

¡Qué hombre tan singular! murmuró Adolfo Moreno. ¡A su edad tener las pasiones tan despiertas! Indudablemente es un caso de anomalía orgánica: el exceso de nutrición se ha prolongado mucho más que en el tipo común. Miguel Rivera le echó una mirada de reojo donde se leían mil cosas irónicas y, poniéndole una mano sobre el hombro, le dijo: ¡Bien, técnico, bien!

¡Está amaneciendo! exclamó con acento duro . ¿Qué sucede, Casilda? anoche me acosté demasiado tarde y me despiertas al amanecer. Estoy servida detestablemente. Son las ocho y media, señora dijo temblando la doncella. Te dije que no me llamaras hasta las doce. Es que está ahí don Juan. ¡Don Juan! ¡y de día! ¡y acaso por la puerta principal! ; , señora. ¡Qué imprudencia! Nadie ha podido verle.