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Actualizado: 3 de junio de 2025
El carruaje se ha detenido a la entrada de una calle desierta en que verdea la hierba por entre las piedras. Enfrente de la iglesia de San Juan se abren los porches de una antigua casona que se levanta entre el patio y los huertos. Mientras el conductor descarga el equipaje, Voinchet entra en la casa llamando a un criado.
Y como movidos por una misma descarga eléctrica, todos aquellos hombres levantaron sus nudosas manos con amenazadora energía. ¡Muy bien! exclamó triunfante y, dirigiéndose luego hacia Delaberge, con mirada retadora le dijo: Señor, nada más tenemos que decirle en estos momentos... En el término de veinticuatro horas, recibirá usted nuestra respuesta por mano del procurador.
De las miradas se pasa a las palabras con suma facilidad, y don Andrés, procurando hallar siempre sola a Juanita, se acercaba a ella al ir a entrar en la tertulia y le disparaba a boca de jarro, como si fuera su boca la ametralladora del dios Cupido, un diluvio de flores y una descarga cerrada de piropos ardientes.
En cuanto al Internet Dictionary Project, Tyler pone fin a este proyecto en enero de 2007, por falta de tiempo, dejando los diccionarios existentes tal y como estaban en la web para visualización o descarga. = NetGlos A menudo, un término tomado del inglés es el punto de partida y, en muchos casos, también es el punto de llegada.
Mozos y viejos, sucios y limpios, todos, van hechos una molola, pegados unos con otros; y así uno regüelda, otro suelta los vientos, otra descarga las tripas, vos almorzais; y no se puede decir á ninguno que usa de mala crianza, porque las ordenanzas de esta ciudad lo permiten todo.»
Y sonó la descarga. A una distancia tan corta, las balas, llegando en masa sobre el tabique, lo hundieron en parte, y antes de que los marineros hubiesen vuelto a cargar sus armas, una masa espantosa les derribó y pasó por encima de ellos lanzando horribles mugidos.
Eran dos hombres valientes de veras que se echaban a temblar en cuanto sonaba un trueno. Ripamilán, aunque algo sordo de algunos años acá, había oído perfectamente la descarga de las nubes y ya se sentía mal. No tenía bastante confianza para pedir un colchón con que taparse la cabeza, según acostumbraba hacer en su casa.
A su derecha tenía el agua; á su izquierda trotaban hombres por detrás de los montones de la descarga queriendo salir á su encuentro; detrás avanzaban otros para impedir su retirada. Podía correr, adelantándose á los que intentaban envolverle; pero ¿un hombre debe correr teniendo un revólver en la mano?... Los que venían detrás se lanzarían en su persecución.
En la Escritura vemos claramente Constar esta verdad muy á la larga, Cuando para regir Moisés su gente Ayuda pide á Dios, y le descarga De la carga pesada; en consiguiente A aquellos buenos viejos se la encarga: De Moysés y su espirítu quitando Aquello que á los viejos Dios fué dando.
Entretanto el hombre-globo hace unos cuantos esfuerzos en el aire, un viento le lleva aquí, otro allá, descarga lastre... ¡inútiles afanes! al fin viene al suelo: sólo observo que están ya más duchos en el uso del paracaídas: todos caen blandamente, y no lejos: los que más se apartan van a caer al Buen Retiro.
Palabra del Dia
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