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Actualizado: 22 de mayo de 2025
Su padre le había hablado de remotos ascendientes que alcanzaron nobleza y fortuna tendiendo su vela en humildes puertos españoles para lanzarse como gaviotas por el Océano Tenebroso, en busca de tierras de misterio, detrás de los primeros derroteros de Colón y los Pinzones.
Todo aquel panorama me pareció muy bello por sus líneas, por su luz y por su color, mas a pesar de ello, ocupó mi atención breves instantes, porque se habían largado mis ideas por muy distintos derroteros.
La navegación del estrecho de San Bernardino, constituye uno de los derroteros más bellos y variados que se conocen. Desde la bahía de Manila á las aguas del Pacífico, hay unas trescientas millas en las que se admiran toda la riqueza del suelo filipino.
Un poder superior, la incontrastable fuerza que rige los orbes, les hacía pensar en cosas más grandes que la sociedad y que la civilización. ¿Qué eran, qué podían ser las potestades humanas, cuando mundos enteros aparecían como frágiles barquillas perdidas en el infinito espacio, y se les veía navegar á merced del potente soplo que los empuja por sus misteriosos derroteros?
Por éste y otros derroteros semejantes iban mis pensamientos volando a mi placer... hasta que me asaltó de repente el recuerdo de aquella salvedad que había hecho Neluco por remate de la «cuenta» que estuvimos echándonos los dos la víspera por la tarde. Podía la «huéspeda» no estar conforme con ella si nos hubiera oído ajustarla.
La madre casualidad los llevaba por sus ignorados derroteros; el Destino, en su misterioso molde, vaciaba esta humanidad y sacaba intrépidos mareantes o feroces negreros, exploradores audaces o vendedores de chinos. Para aquellos hombres, la moral era una cuestión de paralelo. El mar era el más grande escenario de los crímenes y violencias de los hombres.
Eran los ratones que en tropel corrían por aquellas regiones baldías donde habían abierto con su habilidad y paciencia infinitos caminos y derroteros. ¡Ah! exclamó Carnicero riendo con lastimosa imbecilidad . Son los reales ejércitos que van al combate. Adelante, bravos batallones. La hora del triunfo se acerca. Que no quede de masonismo ni el grueso de una uña.
El que emprende esos trágicos derroteros, o triunfa o se muere. Casi nunca se adapta a un ambiente mediocre, metódico o «burgués».
Como a lo más de esto tuve que responder, y la conversación continuaba enredándose en el otro grupo con la inagotable verbosidad de Mari Pepa, y hasta se marchó Neluco de la visita, porque tenía que hacer otras dos antes de comer, y, sobre todo, porque estaba yo muy a gusto al lado de aquella criatura tan atractiva, lo tratado entre los dos se fue enredando también poco a poco, hasta extraviarse al fin por derroteros que ninguna comunicación directa tenía ya con el punto de partida.
Su reinado fue grande porque se prolongó hasta él el impulso de las energías incubadas por la Edad Media; fue execrable porque su política torció los derroteros de España, impulsándonos al fanatismo religioso y a las ambiciones de un cesarismo universal. Adelantados en dos o tres siglos al resto de Europa, era España para el mundo de entonces lo que es Inglaterra para nuestra época.
Palabra del Dia
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