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Actualizado: 8 de junio de 2025
NARANJAS CONFITADAS. Se quita la cáscara de la naranja a rajitas; se tienen unas horas secando, y en un almíbar que se tendrá preparado a punto de caramelo, se introducen y sacan rápidamente, dejándolas en una fuente para que se acaramelen.
JUDÍAS ESTOFADAS. Remojadas las judías, se ponen en una olla con agua fría, cebolla, perejil, pimentón, ajos, un poco de aceite y otro poco de manteca, dejándolas cocer a fuego lento. Se fríe un rebanada de pan y unas cuantas judías; se aplastan y mezclan con las judías, sazonándolas bien.
Necesitaba volver a verla, declararle su amor y pedirle el cumplimiento de lo prometido en aquellas dulces palabras que ella pronunció, dejándolas grabadas en el centro de su corazón: Me has salvado la vida. Tómala si lo deseas. Eres su dueño. Harto presentía Morsamor lo aventurado y peligroso de su nueva empresa.
El crepúsculo, subiendo poco á poco de Levante envolvía á la ciudad con su velo sombrío, apagaba después las luces temblorosas del Océano, se esparcía sobre las olas dejándolas verdes, inmóviles. Un soplo de tristeza estremecía súbito á los enamorados, poniéndolos graves y mudos, mirando con ojos extáticos la huída de la luz.
PASTA DE TOMATE EN BOTES O BOTELLAS. Se hierven un momento los tomates; se pasan bien exprimidos por un colador. Se llenan de esta pasta unas botellas negras, dejándolas un poco vacías; se tapan con un corcho que se tendrá remojando desde el día anterior; se ata fuerte con un alambre y se lacran. Se cuece cuatro horas al baño maría; si son latas soldadas.
Las iba eligiendo de un lado y de otro, parándose a veces a reflexionar delante de algunas, y dejándolas intactas para ir en seguida hacia otras y volver más tarde a las primeras, dando un sinfín de vueltas en todas direcciones con paso vacilante.
En las primeras semanas, Roseta veía con cierto terror la llegada del anochecer, y con él la hora de la salida... Temiendo á las compañeras que seguían su mismo camino, entreteníase en la fábrica algún tiempo, dejándolas salir delante como una tromba, de la que partían escandalosas risotadas, aleteos de faldas, atrevidos dicharachos y olor de salud, de miembros ásperos y duros.
Las dos se sonrieron satisfechas de la humillación que creían arrojar sobre Elías, retirándole momentáneamente su confianza. Pues si no puede ser, me retiro. Vaya usted con Dios. Si se ofrece algo, señoras ... dijo el realista. Y contra lo que ellas esperaban, el realista se marchó, dejándolas muy contrariadas. ¡Ay! exclamó Salomé, ¿será posible? ¿Qué? dijo Paz alarmada.
LICOR DE GUINDAS. En un litro de alcohol de 90 grados se echa un gramo de clavo cilantro y otro de canela molida; se mete un kilo de guindas sin cabos y que estén en su punto, dejándolas en maceración unos veinte días. Después se agrega un kilo de azúcar pilón y medio litro de agua, dejándolo diez días o más; se embotella filtrado.
Entonces le cogía las orejas, las estrujaba hasta arrancarlas. No satisfecha todavía, irritada de no poder herirla en la cara, tomó un plumero que había sobre la mesa, y con el mango comenzó a sacudirle sobre las manos, dejándolas cubiertas de cardenales. Al fin consiguió salvarse.
Palabra del Dia
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