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Actualizado: 21 de mayo de 2025
Porque el encadenamiento de las representaciones lo mismo existe en la una que en el otro. Lo único que rompe este encadenamiento es el acto de despertar. Pero muchas veces al despertar confundimos los acontecimientos del sueño con los de la realidad. ¿No indica esto bastante claramente que todo tiene el mismo origen y fundamento? ¿Por qué razón decimos que los unos son reales y los otros no?...
Los tagalog no llegaron á escribir los números con cifras, es decir que, no tenían numeración escrita. La simple enumeración, lo que decimos contar, tiene expresión propia en tagalog, bilang, que se dice lo mismo en casi todas las lenguas filipinas; pero no se puede decir número ni tampoco sumar, restar, multiplicar y dividir.
Sea cual fuere el objeto de que se trate, sean cuales fueren las condiciones en que se le suponga existente ó posible, decimos que mientras es, no puede no ser, y que mientras no es, no puede ser. Afirmamos pues la ley de contradiccion no solo para nuestros conceptos, sino para las cosas mismas: el entendimiento aplica á todo la ley que encuentra necesaria para si.
Sin duda, señorita; pero como decimos nosotros entre augures, el veneno está en la cola, in cauda venenum. Era verdaderamente agradable, amigo mío, ver la fisonomía del señor de Bevallan y la de mi colega de Rennes, que le acompañaba, cuando llegué á descubrir bruscamente mis baterías.
14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él a los que durmieron en Jesús. 15 Por lo cual, os decimos esto en Palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que quedamos hasta la venida del Señor, no seremos delanteros a los que durmieron. 18 Por tanto, consolaos los unos a los otros en estas palabras.
Con su exquisito régimen higiénico, con su dieta herbívora, y con su prudente y morigerada conducta, prolongan mucho la vida. Aquí no contamos por decenas sino por docenas. El término natural y ordinario de la existencia, es aquí de una gruesa de años o dígase de ciento cuarenta y cuatro. Cuando alguien por accidente muere antes, decimos que se malogra.
No decimos el nombre de la niña, porque no lo sabemos; es más, no lo sabe nadie. Su ama cuando la llama, dice solamente ¡una! y esa una es la desgraciada hija de la cigarrera. Es cierto que estos abusos van desapareciendo ante la asidua vigilancia de la autoridad; más sin embargo, tipos como el anterior se encuentran todavía en Filipinas.
Bastante decimos, sin embargo, que como dice el gran Príncipe de los Ingenios, al buen entendedor ... y aquí el buen entendedor no es el de la ínsula Barataria, si no el público y casi casi la autoridad.
La composición misma de la palabra nos viene á demostrar lo que decimos: Ka es una partícula prefija que convierte al radical á que se une en nombre sustantivo, dándole una significación de compañía, como ocurre en español con la partícula con ó com en compañero, compadre, contrincante, etc. etc.
Pero, señor contestó el edecán despechado, un cañonazo no alcanza. ¿No alcanza? interrumpió furioso el general con tono de hombre que desata la dificultad, ¿no alcanza un cañonazo? No, señor, no alcanza dijo con firmeza el edecán. Pues bien concluyó su excelencia, que tiren dos. Eso decimos por acá. Darle un actor malo al público a ver cómo lo toma. ¿No alcanza, no gusta? darle dos.
Palabra del Dia
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