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Actualizado: 23 de julio de 2025
Aún tuvo que beber una segunda copa, obsequio del gitano, y al fin, cortando en seco su raudal de ofrecimientos y zalamerías, cogió el ronzal de su nuevo caballo, y con ayuda del ágil Monote, montó en el desnudo lomo, saliendo á paso corto del ruidoso mercado. Iba satisfecho del animal: no había perdido el día.
Si se le pregunta qué tal va la obra, dirá que mal, porque Shempelar es un dilettanti del pesimismo. Concluye el maestro de dibujar las piezas, y entonces los carpinteros de ribera comienzan a trabajar con el hacha y la azuela, cortando las tablas, barrenándolas y armando después las costillas.
Mina contemplaba la inquietud de este camino irreal cortando la obscuridad atlántica, cada vez más ancho, más luminoso, así como ascendía el astro en el horizonte. Se sienten deseos de marchar por él dijo en voz baja, emocionada por la majestad de la noche . Quisiera saltar fuera del buque y correr... correr por esa calle de plata hasta no sé dónde. ¿Sola? preguntó Fernando con tono de reproche.
En efecto, no se veía ya en el camino ninguna de las señales de agitación de que había hablado Juana, y era probable que Godfrey, en vez de seguir por la carretera, volviera más bien cortando los campos.
El viejo sintió miedo al ver la punta de brasa que la ira encendió en los ojos de Rafael. Acababan de pasar otro puente; entraban de nuevo en la ciudad, y don Andrés en su miseria de viejo malicioso y cobarde, retrocedió como si quisiera ocultarse tras la casilla de los guardias de consumos, librándose de la bofetada que ya veía cortando el aire.
Con las pegajosas recalcitrantes emplea, si son tímidas, la amenaza del escándalo; y si son de las feroces y bravías, lo arrostra valerosamente, cortando el nudo, como Alejandro, cuando no puede desatarlo.
Manín, fiel a sus convicciones pedagógicas, aplaudía con la boca llena, cortando grave, esmeradamente, en figuras geométricas los pedazos del pan antes de conducirlos con toda solemnidad a los labios. Las faltas fueron muchas; los golpes fueron otros tantos.
Hallándose presentes la de Jáuregui y su sobrina, estuvo la Dura un ratito como quien desea romper a toser y no puede. Las tres mujeres la miraban con pena, lamentándose de no saber aliviarle aquel ahogo... «Bebe un poco de agua» le dijo Fortunata incorporándose. Pero aquello pasó, y la infeliz volvió a hablar, cortando mucho las frases y tomando aire a cada palabra.
Y echó a correr, cortando el camino a través de los céspedes. Cuando María Teresa estuvo sola bajo los árboles de la avenida, pensó que un adiós definitivo le había causado a ella también alguna pena. Se sintió turbada y un poco triste al considerar que los días felices de aquella estación tan alegre, pertenecían ya al pasado.
Por la tarde han venido a vernos todas nuestras amigas, con gran satisfacción de Celestina, orgullosa de ver tanta gente. Hay aquí más visitas que en casa del alcalde decía. Francisca ha estado a punto de tener otro pique con la Bonnetable, a la que se obstina en contrariar en todo; pero la abuela lo ha evitado dos veces, cortando la palabra a la incorregible niña mimada.
Palabra del Dia
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