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Actualizado: 19 de mayo de 2025
Se acercaba a la ventanilla, tras la cual estaba el empleado encargado del despacho, una señora seria, pero con una seriedad de esas que llaman la atención en dondequiera y a cualquier hora y se sucedían los diálogos y las escenas. ¡Para servir a usted!... ¿El expediente número cuatrocientos veinticinco, letra L, de la serie H? ¡Está en Contaduría, señora!
Abren el despacho general media hora antes de comenzar el espectáculo, y este tiempo basta difícilmente para expender los billetes de las localidades baratas. Así sucede que casi todas las localidades de preferencia tienen que buscarse en contaduría, pagando un sobrecargo de cuatro, ocho y hasta diez reales por asiento, lo cual monta á una suma muy respetable en el trascurso de una temporada.
Dice así: «Relacion individual que forma la Contaduría de los Estados Ducados y Marquesados de Alcalá que reside en Sevilla en fuerza de orden del Excmo. Sr.
No lejos de estos, un grupo de empleados en la Contaduría central se ocupaba con gran calor de pozos artesianos, y dos jueces de primera instancia, unidos a un actor retirado, a un empresario de caballos para la Plaza de Toros y a un oficial de la Armada, discutían si eran más bonitas las mujeres con polisón o sin él.
¡Pues buscarla en seguida! gritó Currita . ¡Pregunte usted a don Joselito, en la contaduría, en todas partes!... ¡Jesús! ¡Qué fastidio! Y daba pataditas en el suelo, llena de impaciencia, mientras Germán se lanzaba presuroso por toda la casa en busca de la llave.
A Mochi se le antojó de repente volverse a contaduría, donde había dejado algún dinero, y como no se fiaba de la cerradura... «Id andando», dijo, y echó a correr. La posada de la Gorgheggi y de Mochi, que era la misma, estaba lejos; había que seguir a lo largo todo el paseo de los Álamos para llegar a la tal fonda. Serafina y Bonifacio echaron a andar. A los tres pasos, en la sombra de una torre, ella se cogió del brazo de su amigo sin decir palabra.
Un jóven saboyano nos guió á contaduría, y nos proveímos de dos asientos de palco principal, únicos que quedaban pareados, mediante once pesetas cada uno. Penetramos en el teatro, cuyo pórtico no deja de tener cierto aspecto de majestuosa austeridad. Una escalera espaciosa y bien iluminada nos conduce al piso primero.
Las oficinas tituladas tesorería y contaduría jeneral de ejército y hacienda pública, las primeras de las Islas, el tribunal y audiencia de cuentas ó contaduría mayor, la intendencia jeneral de ejército y superintendencia jeneral subdelegada de la hacienda pública, rentas del tabaco y vino, aduana, correos y secretaría del superior gobierno, aunque merecian ser tratadas cada una en párrafo separado, se traen todas en globo á este lugar, porque en todas ellas solo hay un vicio que combatir, á saber: el escesivo número de empleados propietarios, escedentes, supernumerarios, &c., que hay en todas ellas, y la necesidad de una limpia, que reduciéndolos á los puramente precisos, útiles y necesarios, descargue el tesoro público de tanto sueldo, pension y rentas que no debia pagar, porque si con veinte buenos empleados puede estar cubierto el servicio, ¿por que ha de mantener el estado ciento ó doscientos?
Y para que así conste á S. E. el Duque mi señor en cumplimiento de su citada orden habiendo tenido presente las memorias antiguas que le acompañaban y se devuelven por esta Contaduría la firmamos en Sevilla á 2 de Agosto de 1751. D. Nicolas Ortiz de Escobar. D. Antonio Ruiz de Rebolledo .
Entró entonces el viejo empleado en la contaduría, don Pablo Solera, que había presenciado el registro: traía las orejas muy coloradas y un gran papel en la mano, que presentó a la condesa... Rodeáronle todos llenos de curiosidad, haciéndole mil preguntas, que el viejo se apresuró a satisfacer aturdido, en parte, al verse ante tan ilustre concurrencia.
Palabra del Dia
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