United States or Romania ? Vote for the TOP Country of the Week !


Hace trece años me ha prestado usted un gran servicio, señor, prosiguió Basilio sin inmutarse, en este mismo sitio, enterrando el cadaver de mi madre y me consideraría feliz si yo le pudiese servir. Simoun, sin apartar los ojos del joven, sacó de su bolsillo un revólver. Oyóse un chasquido como el de un arma que se amartilla. ¿Por quién me toma usted? dijo retrocediendo dos pasos.

Al pronunciar estas últimas palabras Salomón se inclinaba hacia todos lados con solicitud, temeroso de faltar al respeto que debía. Después se puso inmediatamente a preludiar, y pasó luego a tocar el aire que sabía que el señor Lammeter consideraría como un cumplimiento personal.

Llevado de su honradez y delicadeza, rogó al doctor que antes de partir le pasase... «Ya usted me entiende... la cuentecita de sus honorarios». Golfín se deshizo en cumplidos. «Tiempo habrá... ¿qué prisa tiene usted?... En fin, como usted quiera...». Y el gran economista, al salir con su hijo, pesaba en la balanza de su mente los términos de aquel enigma aritmético que pronto se había de revelar. ¿Qué tipo regulador o qué tarifa le aplicaría? ¿Le consideraría como pobre de solemnidad, como empleado alto, como rentista bajo o como burgués vergonzante y pordiosero?

Bien sabía Dimmesdale, hipócrita sutil, aunque lleno de remordimientos, de qué modo se consideraría esta vaga confesión.

Su padre había dicho en un arranque de enojo que consideraría como enemigo a cualquiera que le hablase del asunto, que no le escucharía y le arrojaría de su casa. Fue preciso resignarse por el momento, esperando tiempo más propicio. Sin embargo, la piadosa joven manifestaba cada día mayores y más vehementes deseos de abandonar el mundo para siempre.

Y, sin embargo, nadie lo ha acusado jamás ni le ha echado en cara un acto doloso o deshonesto. Otras veces me parecía notar en su fisonomía y maneras un sello de verdadero misterio, que me hacía pensar que el origen de nuestra fortuna ilimitada era extraño y romántico, y que si el mundo tenía conocimiento de él, lo consideraría como una cosa increíble.

Y aun así, aun en esta bajeza, la predilección precedería á la elección, y todavía, sin elevarse sobre tan bajos motivos, ó carecería de juicio el que se hiciese jesuíta, ó consideraría que el serlo era mejor profesión ó carrera que todas las otras que hubiera podido seguir.

Juan intervino una vez más. Mi padrino se consideraría demasiado feliz, si quisierais quedaros; pero comprendo lo que le inquieta... Debíamos comer los dos solos; no esperéis, pues, un festín, señoras. En fin, seréis indulgentes. , respondió Bettina, muy indulgentes.

Las hermanas de usted, unas señoritas, se avergonzarían de tener por cuñada a la que remendaba los vestidos de sus amigas; su mamá, toda una señora, me consideraría un poquito más que a sus criadas. Y yo, aunque sea pobre, no tengo fuerzas para tanto. Para salir de esta vida, quiero vivir en paz con la familia de mi marido y que me respeten. ¿Qué menos puedo pedir? ¿No es verdad...?

No por mil francos, no por un millon de francos, consentirian los ingleses que pasara á manos de extranjeros un baston de cualquiera de sus personajes históricos. Si yo no codiciara en este mundo otra cosa que un talego de oro, me consideraria feliz poseyendo un baston de Cromwel, de Milton, Shakspeare, de cualquier Richelieu inglés, ora político ó literario.