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Actualizado: 16 de julio de 2025
Los libros de caballería, que encantaron por tanto tiempo á los lectores españoles, no dejan de ser muy importantes . Mucho más influyó en ellos la sátira que se hace en Don Quijote, que en las novelas pastoriles que imitaban á la Diana, de Montemayor . Los prosistas españoles más distinguidos se consagraron á describir las costumbres y la sociedad de su época, ya en pequeñas novelas, en las cuales descolló entre todos Cervantes, imitándolo Montalván, Mariano de Carvajal y Saavedra y otros, ya en las famosas picarescas, por el estilo de El lazarillo de Tormes, que traducido é imitado ha recorrido toda Europa.
Sobre esto hizo mil conjeturas la malicia; pero nada se llegó a saber con certeza. Tal fue la vida de Tirso durante los primeros años de su estancia en aquellos campos, donde seguramente no era fácil que se realizasen todas las promesas de dignidades y grandezas que le hicieron su propia imaginación y los que le consagraron al sacerdocio.
Borraron la impresión de este incidente los atildados e insubstanciales brindis que le siguieron de los presidentes de ambas Cámaras. Los dos graves señores, ajustándose estrictamente al carácter y al motivo palmario de la fiesta, consagraron lo principal de sus discursos a mayor honra y gloria del festejante, y lo accesorio, vago e incoloro, a la política.
Y estos mismos poetas, en quienes rebosaba el profundo sentimiento religioso de su época, se consagraron al drama místico y lo elevaron á tal altura, que, entre los compuestos por ellos y los misterios y moralidades anteriores, hay la misma distancia que entre los de Shakespeare y las farsas de la Edad media.
Las fiestas, á cuya celebración se consagraron estas composiciones, constan, ya por las indicaciones de sus epígrafes, ya ordinariamente por el contenido de las mismas. Una de estas tragicomedias, por ejemplo, festeja las bodas de Carlos V y de la infanta Doña Catalina.
La historia no nos dice si bardos o trovadores consagraron a este asunto, sin embargo tan interesante, sus versos y sus melodías. Es de creer que ni unos ni otros hubieran logrado transformar una sociedad que exaltaba a la mujer y buscaba el dinero.
Todos los esfuerzos, que después se hicieron, para transformar en epopeya artística á la historia nacional, se estrellaron por completo en la imposibilidad de la empresa, no obstante la actividad de muchos y aventajados ingenios que consagraron á ella sus fuerzas. Casi generalmente ahogó la influencia predominante de la historia las chispas épicas, que lucieron acá y allá.
Más tarde, otras religiones de pueblos diversos que viven en las llanuras cercanas se apoderaron de la montaña santa y la consagraron á nuevas divinidades. En vez de Zeus, adoraron los cristianos griegos en ella á la Santísima Trinidad: en sus tres principales cúspides miran todavía los tres grandes tronos del cielo.
Este poderoso influjo se hizo también sentir en el rápido vuelo, que tomaron la pintura y la escultura; muchos jóvenes españoles, que alcanzaron fama merecida en la historia de las artes italianas, se consagraron al estudio de las obras maestras de Miguel Ángel, Leonardo y Rafael, para importar en su patria el nuevo estilo artístico, aprendido allá; y las escuelas de Valencia, Sevilla y Toledo, contaban ya en el siglo XVI excelentes maestros que preparaban la edad de oro de las artes españolas del siguiente .
Palabra del Dia
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