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Actualizado: 5 de junio de 2025
El agradecimiento que sentía el pescador hacia el que había salvado a su hija, se había convertido al verle tan interesado por ella en una amistad exaltada, que sólo podía compararse a la admiración que excitaban en él las grandes prendas que adornaban a Stein. Grande fue igualmente el regocijo que causó la noticia del casamiento de Stein en todas las personas que le conocían y le amaban.
Lyon, Burdeos, Marsella, Estrasburgo, son sin duda alguna las principales ciudades de Francia: las de segundo y tercer órden que conozco no valen en verdad una descripcion separada, á no ser Narbona, que por lo pobre y mezquina, ni puede compararse con la mas desvalida de nuestra España: en Narbona se carece de todo, es una aldea grande; y bueno es dejar sentado, para los que sospechan que la Francia es Paris, que pueden contarse otras varias ciudades que en nada aventajan á Narbona.
Los personajes, si bien degeneran á veces en caricaturas, se distinguen, no obstante, por su vida y por sus rasgos gráficos de carácter, y en su desarrollo cómico pocos poetas podrán compararse en fecundidad con Rojas.
Claro está que ni por el brío, ni por la virtud militar y política, debe ni remotamente compararse Carlos III con los Reyes Católicos, pero los iguala, y, prescindiendo del adelanto moral que han traído los siglos, les lleva no corta ventaja en buena intención, en dulce amor á los súbditos y en benigna blandura, á pesar de la tiránica expulsión de los jesuítas, y, sin embargo, todo lo que hizo Carlos III tuvo algo de inconsistente y de efímero, volviendo á caer España en su anterior abatimiento, del cual, salvo el glorioso paréntesis de la Guerra de la Independencia, no se ha levantado todavía.
Es una mercancía delicada solía decir. No era el capitán de los que consideran que para cumplir como un buen negrero hay que maltratar al ganado humano. Prefería matar a un marinero que a un negro. Varias veces le reprocharon esto, y él contestaba: ¡Qué imbéciles! ¿Cómo quiere compararse un marinero con un negro? Un marinero no vale nada; lo reemplazo con otro en cualquier parte.
Mientras tanto, ella, con el ilogismo de su aturdimiento, insistía en hablar de Laurier, comentando sus hazañas. No le quiero, no le he querido nunca. No pongas la cara triste. ¿Cómo puede compararse el pobre contigo?... Pero hay que reconocer que ofrece cierto interés en su nueva existencia.
Quien dice eternidad no sufre el lenguaje del tiempo: el tiempo y la eternidad son inconmensurables; no pueden compararse; y es una ilusion de nuestra debilidad el imaginarnos que hay alguna relacion entre cosas tan desproporcionadas.
Los «macarenos» todos los años se hacían señores de la famosa calle, y necesitaban horas enteras para recorrerla, gozándose en las protestas impacientes de los cofrades de otros barrios, gente inferior, cuyas imágenes no podían compararse con la de la Macarena, y que por su insignificancia vivían condenados a aguardar humildemente detrás de ellos.
Ya desde el 80, que fue el año terrible para el sin ventura Frasquito, se determinó a no tener domicilio, y después de unos días de horrorosa crisis en que pudo compararse al caracol, por el aquel de llevar su casa consigo, entendiose con la señá Bernarda, la dueña de los dormitorios de la calle del Mediodía Grande, mujer muy dispuesta y que sabía distinguir.
Tan lejos va D. Nicolás Antonio, que llega á decir que ningún poeta de la antigüedad ni de los siglos más modernos puede compararse á Lope de Vega, porque á él debe su existencia la comedia española, la cual, descartando de ella algunos defectos insignificantes, es, sin disputa, por su gran belleza, la primera del mundo .
Palabra del Dia
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