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Actualizado: 12 de mayo de 2025


A pesar de las diversas tentativas, que se hicieron para divulgar las reglas aristotélicas y favorecer la imitación de las formas clásicas, el pueblo no prefirió esa ciega copia de modelos mal entendidos al teatro nacional.

Es que las preocupaciones clásicas europeas del escritor desfiguran al héroe, a quien quitan el poncho para presentarlo desde el primer día con el frac, ni más ni menos como los litógrafos de Buenos Aires han pintado a Facundo con casaca de solapas, creyendo impropia su chaqueta, que nunca abandonó. Bien; han hecho un general, pero Facundo desaparece.

Aunque la forma dramática popular contase con las simpatías de la nación, y predominase sola en las tablas, no era bastante, sin embargo, atendiendo á la circunstancia de que en su mayoría estaban escritas por cómicos las obras de esta especie, para ocurrir á las necesidades del momento, y no podían contrapesar el influjo que ejercían en el ánimo de los hombres ilustrados las obras clásicas.

Podía leer el castellano en las obras clásicas, pero no se atrevía á hablarlo. ¡Ah, España! ¡País de nobles tradiciones!... Y como si necesitase dar relieve á estos elogios con un rudo contraste, torció el gesto, hasta tomar una expresión colérica.

A sus edificios suntuosos del estilo gótico, que se conservó puro en este país más largo tiempo que en casi todos los demás, sucedieron otros más modernos, igualmente magníficos y notables, pertenecientes al nuevo género arquitectónico, fundado en la imitación de las formas clásicas.

Hoy es esta culta y bonita población una digna sucursal de Santander. Por regla general, y para no molestar al lector, conste que allí donde el camino de hierro, ó las industrias minera y fabril han penetrado; las costumbres clásicas montañesas no existen ya, ó existen muy ajustadas al espíritu moderno. Y con esto hemos llegado al verdadero asunto de estas últimas páginas.

Me parecía imposible que la impresión grabada se desvaneciese ante ninguna otra. El Niágara, por otra parte, con su notoriedad, con su fácil acceso, con la consagración universal de su belleza tiene algo de esos lieux communs de las literaturas clásicas, que, admirados por los hombres de todos los tiempos, concluyen por convertirse en estribillos.

Por fin consiguió Carrascosa el objeto de sus afanes; la vizcaína se decidió á echar al poeta con todo su bagaje de Gracos, musas y ninfas clásicas. Pudo mucho en la conciencia de la jamona la opinión del vecindario, que se mostraba cada vez más explícito en cuanto á las supuestas relaciones entre la semidiosa y su cantor.

Este lance desgraciado causó una penosa impresión en don León por tratarse de dos amigos igualmente queridos, y bajo el sentimiento que le produjo escribió la composición que he mencionado, donde menudeaban los signos de admiración, los puntos suspensivos, las amargas reflexiones y los gritos de dolor, todo ello sostenido en un tono severo y digno, como el de las elegías clásicas.

Algunos se acercaron al lagar, penetraron en él y departieron con los labradores que allí estaban; otros pasearon debajo de los árboles hasta los confines de la pomarada. El señor de las Matas fué uno de ellos. Enfrascado en sus meditaciones clásicas y repitiendo en voz baja la hermosa égloga primera de Virgilio caminó paso entre paso por la finca.

Palabra del Dia

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