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Actualizado: 25 de mayo de 2025
El huracan reina solo, y su soplo abrasado parece contener todo el fuego de un infierno desconocido que existe entre los arenales, las rocas escarpadas, las ciénagas pestilentes y los escombros de las selvas calcinadas.
La accidentada navegación con los piratas fue la última y más penosa aventura de don Alonso. Autoritario y duro, quiso tomar el mando apenas se vio sobre la cubierta del buque, imponiendo su disciplina a Talavera y sus bandidos. Pero éstos se sublevaron contra él y lo metieron en la cala cargado de cadenas. A pesar de esto, el prisionero no cesó en su brava actitud, asegurando que había de ahorcarlos a todos apenas llegasen a tierra. Y tanto era su prestigio, que no se atrevieron a hacer nada contra él. Muchas veces le pedían consejo, por la experiencia que había adquirido en las cosas de la navegación, y le sacaban de su encierro para que dirigiese la nave. Acabaron por abandonar ésta en las costas de Cuba, y marcharon después meses y meses por la isla todavía inexplorada, deseosos de aproximarse a Santo Domingo, pero sin saber ciertamente adónde iban, sumiéndose en ciénagas, combatiendo a los indígenas o transigiendo con ellos, atormentados por el hambre, que mataba a muchos. En esta marcha desesperada, el cautivo Ojeda se veía elevado por sus guardianes al rango de jefe cada vez que había que combatir a un grupo indígena, tratar con un cacique benévolo u orientarse en el desierto de barrizales temblorosos que se tragaban a los hombres.
La ansiada riqueza se dejaba entrever un momento y huía medrosa ante las proas de los nautas. Los indígenas de las costas hablaban de enormes riquezas y de monarcas poderosos, señalando siempre al interior, más allá de las montañas que parecían tocar el cielo, y de las ciénagas temblorosas, inmensos mares de hierbajos acuáticos.
Y visto desde la playa, el mismo numeroso gentío podía compararse a un avispero, y la bandera roja a un trapo de los que los chicos cuelgan de una caña a fin de pescar ranas en las ciénagas. Para que la comitiva adquiriese unos asomos de solemnidad, fue preciso que entrase en los mezquinos arrabales del pueblo.
Despues la escena va cambiando á cada vuelta y revuelta del canal, y los mas variados cuadros de la naturaleza se suceden para encantar maravillosamente al viajero. La proximidad de las ciénagas se manifiesta en la verdura húmeda, la riqueza de la vegetacion y la abundancia de las aves acuáticas.
Los trabajadores han caído a miles en esta obra: cada kilómetro tiene al lado un cementerio; las fiebres de la tierra removida, los reptiles venenosos, los caimanes de las ciénagas, han matado más hombres que en una batalla.
Palabra del Dia
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