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Actualizado: 9 de julio de 2025
También hay que observar que muchos han tomado los nombres de las localidades de donde provienen, y así tenemos centenares de Medinas, Castillas, Navarros, Toledos, Burgos, Aragonés, etc.
Millares son los valientes que han parado en bandidos obscuros; pero pasan de centenares los que a estos hechos han debido su posición.
El desierto las circunda a más o menos distancia: las cerca, las oprime; la naturaleza salvaje las reduce a unos estrechos oasis de civilización enclavados en un llano inculto de centenares de millas cuadradas, apenas interrumpido por una que otra villa de consideración.
El interior tenía, pues, un jefe; y el derrotado de Oncativo, a quien no se habían confiado otras tropas en Buenos Aires que unos centenares de presidiarios, podía ahora mirarse como el segundo, si no el primero, en poder.
Centenares de hogueras brillaban en lo hondo de los desfiladeros, indicando que los alemanes preparaban la comida. Marcos Divès descendió por la hendedura a tientas. Hullin oyó durante algunos segundos los pasos de su camarada, y luego, muy pensativo, se dirigió hacia la vieja torre, en la que se había establecido el cuartel general.
Y el cono que distinguía desde los campos inferiores, simple grano de arena sobre otro grano llamado tierra, me parece ahora un mundo. Ya veo desde la cabaña á algunos centenares de metros sobre mi cabeza una cresta de rocas que parece ser la cima; pero si llego á trepar á ella veré alzarse otra cumbre por encima de las nieves.
He aquí una cosa que me hace reflexionar sobre la insignificancia de lo que se ocupan los hombres, puesto que uno de sus mayores placeres consiste en reunir algunos centenares de candilejas colocándolas unas junto a otras, es decir, que podemos exclamar fundadamente: ¡Vanitas, vanitatum! un poco de luz, un poco de ruido y otro poco de humo; ¡esta es la gloria a que todos aspiramos! ¡Y pensar que yo la deseo para mi hijo!
También los muertos mandaban allí. Los fuertes perseguían a los débiles, y eran a su vez devorados por otros más poderosos; la misma historia de sus remotos antecesores en las aguas todavía cálidas del globo en formación. Todo igual, repitiéndose a través de centenares de millones de años.
No creas que olvido lo que te debo: veinte mil francos del otro día, los trescientos mil de tu madre... Todo se pagará. Miguel expresó con una larga risa el asombro que le causaba esta promesa. Decididamente, la ganancia le había perturbado el cerebro. Un piano con teclas de brillantes para el otro; ahora centenares de miles de francos para él.
Y sé que la noche que le diga al volver: Mamá, he ganado el corazón de una preciosa persona, cuyo mayor defecto es poseer un capital de unos veinte millones y una renta de dos o tres millones... Se exagera siempre que se habla de centenares de millones: para mí yo sabré las verdaderas cifras, y eso me basta... Esa noche, mamá se quedará encantada, porque en resumidas cuentas, ¿qué desea ella para mí?
Palabra del Dia
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