Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de mayo de 2025
Servida la cena, que fue espléndida, los convidados empezaron a marcharse contentos y satisfechos, como gentes que habían cumplido su misión.
Se presentó la rondeña a los pocos momentos, con una carta en la mano, y mientras se la alargaba a su señor, la dijo éste: Que se cierren los portones de la calle y que nos preparen la cena a escape... ¿Quién ha traído esta carta? Un mandaero. ¿Espera la respuesta? No, zeñó.
Esas son cosas de todos los tiempos concluyó diciendo don Ciriaco filosóficamente , que han pasado, que pasan y que pasarán. Te he contado la historia de Hortensia para que sepas qué clase de mujer es, y para que no digas sin querer delante de ella alguna inconveniencia. Comentamos los hechos y después hicimos honor a la cena, que fué exquisita.
Eso explica también de una manera bastante sencilla por qué su espíritu podía estar tranquilo, aunque hubiera dejado su casa y su tesoro más expuestos que de costumbre. Silas pensaba en su cena con doble satisfacción: en primer lugar sería caliente y sabrosa; en segundo lugar, no le costaba nada.
Á la hora de la cena ella misma preparaba su chocolate, batiéndolo cuidadosamente con un clis clas producido por el choque de una sortijita de oro y carey contra el mango del molinillo.
Cuando hubieron terminado la cena se despidió. Rezaron después el rosario y concluído Felicia subió á acostar á los pequeños. Cuando volvió tomó la rueca y se puso á hilar. El cantero y el zagal se fueron á la cama.
Por último, ¿mi tío no volverá probablemente? dijo el joven. No volverá, caballero dijo otro de los oficiales , porque me han encargado que sirva la cena de su majestad. ¿Y dónde vive el duque de Lerma? ¡Toma! exclamó un pinche como escandalizado . En su casa; es menester venir de las Indias para no saber dónde vive el duque.
Por último, no bastando el chocolate y el refresco, que pudiera pasar por merienda, para gente que comía entonces poco después de mediodía, se sirvió la indispensable cena. Durante este tiempo D. Fadrique buscó y encontró ocasión de tener un aparte con su sobrina, y le habló de este modo: Niña, veo que te gustan los versos más de lo que yo creía.
Apuró a Sabel reclamando la cena, pues traía un hambre feroz. Sabel la sirvió en persona, por hallarse aquel día muy ocupada Filomena, la doncella, que acostumbraba atender al comedor.
Había abandonado á Gillespie al cerrar la noche para correr á la capital en busca de Gurdilo. Pronto averiguó su domicilio. El famoso senador hacía alarde de una vida austera, procurando que todos conociesen la pobre casa que habitaba. Flimnap fué recibido por él cuando estaba terminando, con una ostentación virtuosa, su cena frugal, en presencia de varios admiradores, todos femeninos.
Palabra del Dia
Otros Mirando