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Actualizado: 31 de mayo de 2025


5 Y cuando él hubo abierto el tercer sello, al tercer animal, que decía: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que estaba sentado encima de él, tenía un yugo en su mano. 6 Y una voz en medio de los cuatro animales, que decía: Un cheniz de trigo por un denario, y tres chenizes de cebada por un denario; y no hagas daño al vino, ni al aceite.

El ventero le respondió con el mesmo sosiego: -Señor caballero, yo no tengo necesidad de que vuestra merced me vengue ningún agravio, porque yo tomar la venganza que me parece, cuando se me hacen. Sólo he menester que vuestra merced me pague el gasto que esta noche ha hecho en la venta, así de la paja y cebada de sus dos bestias, como de la cena y camas.

Advertido y medroso desto el castellano, trujo luego un libro donde asentaba la paja y cebada que daba a los arrieros, y con un cabo de vela que le traía un muchacho, y con las dos ya dichas doncellas, se vino adonde don Quijote estaba, al cual mandó hincar de rodillas; y, leyendo en su manual, como que decía alguna devota oración, en mitad de la leyenda alzó la mano y diole sobre el cuello un buen golpe, y tras él, con su mesma espada, un gentil espaldazaro, siempre murmurando entre dientes, como que rezaba.

Has dicho una gran verdad, Susana; pero contéstame. ¿Un capón será bastante? No es un capón, señorita, es un pavo; mire usted. Y Susana, con un sensible ímpetu de orgullo, abrió el asador y me hizo admirar el ave que bien cebada por sus cuidados y los de Petrilla, pesaba por lo menos doce libras.

Finalmente, sea lo que se fuere, yo la quiero bien. Y ya te he dicho, amigo, que puedes hacer tu gusto, o ya en irte a tu romería, o ya comprar el asno y hacerte aguador, como tienes determinado. #Al otro día# acudió Tomás a dar cebada, y Lope se fué al mercado de las bestias, que es allí junto, a comprar un asno que fuese tal como bueno.

Sancho dijo que entrasen ellos, que él esperaría allí fuera y que después les diría la causa por que no entraba ni le convenía entrar en ella; mas que les rogaba que le sacasen allí algo de comer que fuese cosa caliente, y, ansimismo, cebada para Rocinante. Ellos se entraron y le dejaron, y, de allí a poco, el barbero le sacó de comer.

En este día les envié pan, vino e fruta e melones que costaron 18 mrs. y 5 dineros. Los restantes días fueron agasajados con las mismas vituallas. En los días 25 y 26 de Julio se les dió además un cuarto de carnero, sin olvidarse de la cebada para las cabalgaduras.

Algunos heridos de distinción estaban en las Ventas del Rey; pero la mayor parte, como he dicho, tenían su hospital a lo largo del camino, y allí los cirujanos no daban paz a la mano para vendar y amputar, salvando de la muerte a los que podían. Los soldados sanos sufrían los horrores del hambre, alimentándose muy mal con caldos de cebada y un pan de avena, que parecía tierra amasada.

17 Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de esta cebada tostada, y estos diez panes, y llévalo presto al campamento a tus hermanos. 21 Porque así los israelitas como los filisteos estaban en ordenanza, escuadrón contra escuadrón.

9 Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos peces pequeños; ¿mas qué es esto entre tantos? 10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar los hombres. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como número de cinco mil varones.

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