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Actualizado: 26 de junio de 2025


OTRO HOJALDRE. Se deshace un cuarto de kilo de mantequilla, se pone en un cazo con sal y una copita de agua; poco a poco se va incorporando un cuarto de kilo de harina y tres yemas de huevo, sin dejar de mover todo con una cuchara de madera; cuando se va formando la masa se saca a un mármol y se adiciona algo más de la harina, trabajándola mucho, se deja reposar media hora, se extiende con el rollo, y se rellena como el anterior.

Pero mi tía no contestaba; empeñada en colocar su saludo en la cara de sus ídolos y en que su marido también lo colocase, lo cazó materialmente del brazo y le mandó que esperara la ocasión propicia para mover el pescuezo. De pronto pareciole que la miraban. ¡Ahí mira don Buenaventura! ¡ahí te mira el doctor Trevexo... dijo; ¡ahora!... saluda, Ramón.

PETITS CHOUX. Se pone un cazo al fuego con un cuarto de litro de agua y cien gramos de manteca de vaca; cuando empieza a hervir se le echa un cuarto de kilo de harina, moviendo muy de prisa para que se forme la masa, y entonces se saca del fuego y uno a uno, se van incorporando seis huevos, batiendo sin cesar, como en la fórmula anterior.

ROSQUILLAS DE SAN ISIDRO. En un cazo se baten dos docenas de huevos, con 100 gramos de azúcar; al quedar bien batidos se añade medio litro de aceite fino y 800 gramos de harina. Se echa sobre el mármol y se trabaja mucho la pasta, hasta que quede todo bien mezclado.

Tendría a lo sumo cincuenta años; era alto y enjuto y de complexión recia, si no fuese el reumatismo que a largas temporadas le atormentaba mucho; gastaba el cabello largo y la barba, ya gris, en forma de cazo.

Bajo aquel mediodía de fuego, sobre la meseta volcánica que la roja arena tornaba aún más calcinante, había lagartijas. Con la boca ahora cerrada, Yaguaí transpuso el tejido de alambre y se halló en pleno campo de caza. Desde septiembre no había logrado otra ocupación a las siestas bravas. Esta vez rastreó cuatro de las pocas que quedaban ya, cazó tres, perdió una, y se fué entonces a bañar.

Gastaba grandes bigotes retorcidos y perilla de cazo; la estatura elevada, el porte marcial, cabellos grises cortados a punta de tijera, levita negra, prolongada, más limpia y reluciente que un espejo, bastón de hierro que hacía estremecer el suelo, advirtiendo de su presencia desde muy lejos, pantalones cortos y botas de campana escrupulosamente charoladas.

PUDDING DE CHOCOLATE. Se pone al fuego un cazo con cuatro pastillas de chocolate y 125 gramos de mantequilla; una vez deshecho se le van incorporando fuera del fuego cuatro yemas de huevo, cien gramos de harina y cien de azúcar; cuando está todo bien unido se mezclan las claras batidas a punto de nieve y un poco de vainilla; se pone en un molde untado de mantequilla, y se mete al horno.

La Samaritana se puso colorada, porque le daba vergüenza de decir que hacía lo menos diez o doce años que no se había confesado. Por fin lo declaró. «Perfectamente dijo Nicolás, acercando su sillón al sofá en que la joven estaba . Le prevengo a usted que tengo mucha experiencia de esto. Hace cinco años que practico el confesonario, y que las cazo al vuelo.

Palabra del Dia

rigoleto

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