Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 28 de junio de 2025


Estuve a punto de gritar, pero en seguida pensó que quizás tomaba tal precaución por miedo a que la carta cayese en manos de su hermano. Entonces juzgué que obraba bien y hasta aplaudí su idea por más que se me antojaba que era demasiado cruel el encarnizamiento con que se cebaba en mi desventurada epístola.

Una agradable sorpresa le conmovió entonces de tal modo, que por instinto hubo de tomar al pigmeo entre dos dedos de su mano izquierda para que no se cayese de la mano derecha.... Lo que él creía un hombre era miss Margaret Haynes que venía á visitarle. Su rostro, único en el mundo, le sonreía encuadrado por los velos, agradeciendo como un homenaje su extraordinaria sorpresa.

Todo el día gastábamos en dar gracias a Dios por habernos rescatado de la captividad del fierísimo Cabra, y rogábamos al Señor que ningún cristiano cayese en sus manos crueles. Si acaso comiendo alguna vez nos acordábamos de las mesas del mal pupilero, se nos aumentaba el hambre tanto, que acrecentábamos la costa aquel día.

Pepe dudó entre devolver el cuerpo del delito a su hermano u ocultarlo para que de nuevo no cayese en manos de Leocadia: por último, pensando que Tirso, aunque lo echara de menos, no tendría el atrevimiento de reclamarlo, optó por lo último.

¡Y que lo digas, Joyana! respondió el interpelado dirigiendo sus ojos á Nolo y Demetria que allá lejos proseguían su plática amorosa. ¿No sería lástima que un caramelo tan rico cayese en la boca de este zángano de la cara de pan? volvió á decir Joyana apoyando su proposición con una blasfemia.

Los jueves reuníanse los hombres en el mercado de bestias, junto a la Puerta de Toledo. Los que no tenían ganado también iban allá, con la esperanza de que cayese algo, empuñando una gran vara, como si tuviesen que arrear a una recua imaginaria. Al primer paleto que se pusiera a tiro le daban un emburreo, un correate, nombres con que designaban las malas artes del «trato».

Los falsos ídolos nos hacen dudar hasta de la misma religión. Esta fue la razón especiosa y muy humana que hizo que la señora de Maurescamp, no quedándole duda de la perversidad de los sentimientos de su amiga, cayese en desalientos tan afligentes como peligrosos.

El primero que entró en el campo y estacada fue el maestro de las ceremonias, que tanteó el campo, y le paseó todo, porque en él no hubiese algún engaño, ni cosa encubierta donde se tropezase y cayese; luego entraron las dueñas y se sentaron en sus asientos, cubiertas con los mantos hasta los ojos y aun hasta los pechos, con muestras de no pequeño sentimiento.

Los jóvenes acogieron con grandes carcajadas esta ocurrencia; pero el capitán, sin hacer caso de sus risas, continuó siempre fijo en la misma idea: ¿Creéis que yo le hubiera dado el vino á no saber que se tragaba al menos el que le cayese en la boca?... ¡Oh!... ¡no!... yo no creo como vosotros que esas estatuas son un pedazo de mármol tan inerte hoy como el día en que lo arrancaron de la cantera.

La cigüeña se estuvo muy quieta, aguardando que Poldy sujetase bien la cinta a su cuello para que no se desatase y para que la carta no se cayese. Y apenas comprendió que estaba ya bien condecorada, dio un tremendo salto, alzó el vuelo, se remontó en el aire y voló con tanto brío como si se largase ya a la India sin parar en rama.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando