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Actualizado: 6 de junio de 2025
Pero vamos a juzgar en San Juan la suerte de las ciudades que han escapado a la destrucción, pero que van barbarizándose insensiblemente. San Juan es una provincia agrícola y comerciante exclusivamente; el no tener campaña la ha librado por largo tiempo del dominio de los caudillos.
Concurrieron á las escuelas 20 niños y se vacunaron 19. Se sustanciaron 3 causas, se sortearon 62 mozos, de los que se sacaron 2 soldados. Hay puesto de Guardia civil al mando de un sargento europeo; compone su dotación de cuadrilleros 16 individuos y 6 el número de caudillos para vigilar sus barrios. Su Tribunal, lo mismo que la escuela, están en casas particulares.
Los capitanes y las legiones veteranas de la Iberia transatlántica fueron vencidos por los caudillos y los ejércitos improvisados de otra Iberia joven que, abjurando el nombre, conserva el aliento indomable de la antigua. La constancia española se ha estrellado contra sí misma» .
Roguemos por la suerte del mundo Americano, Porque sus nobles hijos con palmas en la mano En nombre de un principio se abracen con amor; Roguemos porque caigan los réprobos caudillos, Que en el altar sagrado dan filo á los cuchillos, Para apagar, matando, de libertad el clamor.
No perjudicó ni estorbó su calidad de americanos ni á Gorostiza, ni á Ventura de la Vega, ni á Rafael María Baralt, ni á José Heriberto García de Quevedo, para ser entre nosotros altamente encomiados, aplaudidos y honrados con puestos y cargos importantes. Por eminentes hombres de Estado y popularisimos caudillos han pasado en España otros varones ilustres, nacidos también en América.
Los mosqueteros, excitados por ellas, descargaron también sus armas, y por consiguiente, la comedia murió como un toro, entre siseos y silbidos, ó entre arcabuzazos, como soldado valiente, pareciendo aquello una sublevación popular, cuyos caudillos eran mujeres.
Aún ahora arrastramos las consecuencias de esta enfermedad que ha durado siglos.... Para salvar de la muerte a este país, ¿qué hubo que hacer? Llamar al extranjero; y vinieron los Borbones. Miren ustedes si habríamos llegado abajo, que ni militares teníamos. En esta tierra, a falta de otros méritos, desde la época celtíbera siempre hemos contado con caudillos de pelea.
Y, como siempre, la modestia corría a las parejas con la autoridad y la elocuencia. «No abrigamos la pretensión decía de ser los caudillos en esta gran batalla del pensamiento que no tardará en iniciarse dentro del recinto de Sarrió. Sólo aspiramos a luchar como obscuros soldados, y que se nos conceda un puesto en la vanguardia.
Por el prólogo le aumentaría cincuenta duros, pero tendría que lucirse, haciendo un trabajo que asombrase y apabullase a los otros caudillos de grupo que osaban discutir en el Congreso con el ilustre jefe. Estos son misterios de alta política. ¡Qué honor para usted conocerlos siendo tan joven!
Y como la cultura musulmana no se había detenido aún en el choque de estas dos civilizaciones unilaterales, por la disputa del Santo Sepulcro, pudo verse que, en ferocidad y crueldad inútiles, los caudillos cristianos eclipsaron a los mahometanos, como los rusos a los japoneses en nuestros días.
Palabra del Dia
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