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Actualizado: 22 de mayo de 2025


Y ¿si hoy tiene ya una pasion? ¿Ha de esperar trece ó catorce años, para satisfacer el sentimiento más querido de su alma, la necesidad más irresistible de su corazon, la fantasía más grande con que la ha embellecido la Providencia?

Weber, que era un muchacho muy travieso, publicó a los doce sus seis primeras fugas, y a los catorce compuso su ópera Las Ninfas del Bosque: la famosísima del Cazador la compuso a los treinta y seis.

Huérfana también de padre, sin protección de parientes ni de amigos, las autoridades tuvieron que buscarle acomodo, y así le cupo en suerte ir á parar á casa de una tía de mi madre, señora principal y rica que la tomó bajo su amparo. Podría tener á la sazón catorce años, pero nadie la hubiera dado más de diez, tan chiquitina y flacucha era.

Lo mejor en estos casos para hacerse cargo del asunto es verlo por propio. ¡Al que se meta contigo no le arriendo la ganancia!... La verdad es que, bien mirado, una niña de catorce años no tiene derecho a poseer unos brazos como esos. Marta suspendió su obra para reír. ¡Jesús, qué pesadísimo eres, criatura; no se te puede sufrir!

Las rosas Niel y las yedras, que plantó contra las paredes, guarnecen ahora las ventanas; no puedo abrirlas sin creer ver a María Teresa con sus delicadas manos llenas de tierra, plantando las enredaderas... ¡Qué buenos tiempos eran aquéllos! Ella tenía catorce años, veintitrés, yo veinte. ¡Qué dulce compañerismo nos unía entonces! ¡Y cómo nos trataba mi buena hermanita!

Hacía una hora que caminaban, alejándose siempre del río para hacer perder sus huellas a los piratas, cuando de repente fueron a dar en un pequeño escampado rodeado de árboles. Vió Cornelio, con gran sorpresa, alzarse casi en medio de aquel espacio descubierto, una masa negra, enorme, que parecía suspendida en el aire, a catorce o dieciséis pies del suelo. ¡Tío! exclamó.

Que el Ayuntamiento había mandado podar los árboles del paseo de Riego: disputa en el Saloncillo. Que el dependiente de la casa González Hijos se había escapado con catorce mil reales: disputa. Que el cura de la parroquia se negaba a dar certificado de buena conducta al piloto Velasco: Alvaro Peña tuvo un vómito de sangre a consecuencia de esta disputa.

Cuentan que un día de tempestad lo encontraron encaramado en un árbol adonde se había subido «para ver de dónde venia el rayo, ¡porque era tan hermosoSchiller leyó la Mesíada a los catorce años, y se puso a componer un poema sacro sobre Moisés.

Nadie lo quería alquilar, porque tenía fama de estar habitado por brujas, y los alcobendanos decían que allí se aparecían de noche las irritadas sombras de los Cantarranas difuntos. El coto no tenía más que catorce árboles, y esos malos.

¡A Italia!... no, porque los asesinos son castigados con la muerte, ¿no lo sabes, Blasillo? ¡Dios mío! ¡usted asesino! dijo el muchacho con espanto. Escucha. Blasillo, yo tenía catorce años; mi hermana Sed'lha y yo conducíamos a nuestro padre que apenas podía andar, cuando cayó herido de un tiro de carabina. Era el fruto del odio santo, que nos tenía un cristiano.

Palabra del Dia

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