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Actualizado: 8 de julio de 2025
Sólo en los días de banquete o recepción, o cuando casualmente le tropezaba en las casas o en la calle departía un rato con él. Después de preguntarle por su marido y por sus hijos, el duque se puso a hablar, sin sentarse, con Calderón y Pepa Frías. Un hombre rudo y campechanote en la apariencia: sonreía pocas veces: cuando lo hacía era de modo tan leve que aún podía dudarse de ello.
Don Fernando de Rivera, á causa de un desafío, se ha visto obligado á ausentarse de repente de Sevilla, su ciudad natal, y refugiádose en Madrid, en donde se encuentra al principio en grande apuro. Casualmente es un vivo retrato de un cierto Don Lope de Luján, hasta el punto de engañar á la familia de éste, de la cual se había separado largo tiempo hacía.
Esta Real disposicion, como digna de tenerse á la vista, y muy conducente á las reformas que conviene hacer, pues siguen los mismos ó mayores abusos, irá en copia al final, señalada con el número 2, por tener un tanto de ella casualmente entre mis papeles.
Echéme a reír al ver la indignación que había en su mirada por mi audaz atentado, y mientras me reía, mis ojos se fijaron casualmente en esta frase: «He visto una señorita muy linda a la que desearía querer mucho, pero...» Esta última palabra, aunque muy legible todavía, había sido tachada con un rasgo de pluma, y tal circunstancia tomó para mí una singular importancia.
Federico, mientras tanto, se junta casualmente con el Duque y su favorito Clotaldo en una cacería, á que asisten ambos en los montes; el Duque se había quedado dormido, y Clotaldo se acercaba á él para perpetrar su traición y matarlo, cuando se presenta Federico de repente, arrebata el puñal al traidor y salva la vida del Duque; éste despierta al ruido, que ambos hacen, pero el astuto Clotaldo se da trazas de hacerle creer que él ha sido su salvador y Federico el que ha intentado asesinarle, por cuya razón se prohibe al último, bajo pena de muerte, su presencia en los dominios del Duque.
Por esto oponía la más terminante negativa a los señores respetables, antiguos amigos de la familia, que su mujer le enviaba como embajadores; ella misma fue varias veces a la casa, sin conseguir que le franqueasen la puerta, y tan tenaz era la resistencia de Luis, que hasta dejó de asistir a ciertas reuniones, adivinando que allí protegían a su esposa, y algún día procurarían que se encontrasen casualmente.
Por tanto es un mueble cómodo: su color es el que indica la ausencia completa de aquello con que se piensa es decir, que es bueno: las manos se confundirían con los pies, si no fuera por los zapatos, y porque anda casualmente sobre los últimos; a imitación de la mayor parte de los hombres, tiene orejas que están a uno y otro lado de la cabeza como los floreros en una consola, de adorno, o como los balcones figurados, por donde no entra ni sale nada; también tiene dos ojos en la cara; él cree ver con ellos; ¡qué chasco se lleva!
El bucanero podía abandonar su profesión y convertirse, si así lo deseaba, en hombre honrado y piadoso, dejando las olas y fijándose en tierra; y ni aun en plena carrera de su existencia borrascosa se le consideraba como individuo con quien no era decente tener tratos ni relación social, aunque fuera casualmente.
Teniendo la misma vida en todas sus partes, la herida, la mutilación, no le mataban: vivía y aun parece olvidaba la porción destruida. La vulnerabilidad del molusco centralizado es otra cosa. ¡Qué puerta se abre á la muerte! El incierto movimiento propio de la medusa y que en ocasiones casualmente podía ser su salvación, apenas lo tiene el molusco, á lo menos al principio.
»Pronto supieron por sus explicaciones que era un vecino de Quacos, llamado Sancho Martín, propietario de todo aquel barranco, y que casualmente había subido aquella tarde á recorrerlo, cosa que no solía hacer.
Palabra del Dia
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