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Actualizado: 23 de julio de 2025
Dos horas antes de que amaneciese, Morsamor y Tiburcio se pusieron al frente de los aventureros que habían traído, los sacaron de aquel a modo de encierro en que se hallaban, y guiados por dos jóvenes brahmanes, caminaron largo rato por un extenso pasadizo del subterráneo hasta llegar a un punto donde había una fortísima compuerta de madera y de hierro, horizontalmente colocada en la techumbre, hasta la cual se subía por una escalera de piedra.
Los dos héroes, animados por el espíritu de la guerra, caminaron con decisión por la calle del Pozo, el clérigo delante, el noble detrás, ambos embozados hasta los ojos y apretando bajo el brazo el instrumento de muerte que cada cual llevaba. Entraron en la calle de las Hogueras, pasaron por bajo los muros de la Fortaleza y salieron a la vía que ciñe la antigua muralla de la población.
No llegaron por otra parte alguna á pelear. Ganada la gruta, caminaron por el foso hasta llegar al caballero Doria, y comenzaron á cavar y sacar palmas dél, y hobo turcos tan animosos que subieron arriba hasta el parapeto, donde los mataron. Los de abajo cavaban todavía en el caballero, por no haber través donde les hiciese mal.
Caminaron lentamente hacia la estación del funicular por calles solitarias, entre muros de jardín, con un lado amarillo de sol y el otro azul de sombra. Ella fué la que buscó el brazo de Ulises, apoyándose con un abandono pueril, como si la fatiga la hubiese dominado desde los primeros pasos. Ferragut apretó este brazo contra su cuerpo, sintiendo inmediatamente la excitación del contacto.
Á esta sazón llegó nueva de la muerte del Rey de Francia, y el Duque de Sessa retuvo los españoles, receloso de trastornos. Caminaron al fin los soldados á Génova; mas al llegar se encontraron con que el embajador Figueroa había despedido las naves que estaban fletadas y proveídas, en la creencia de no ser ya necesarias. Encontrar otras costó quince días y alojar á los soldados en tierra.
Caminaron buen trecho en silencio. Al cabo Velázquez, con voz más débil, prosiguió: Borra de tu memoria cuanto malo te haya hecho hasta ahora. Quiero ser otro hombre para ti, y si en la vida vuelvo á hacerte una perrada, mala puñalada me den rejoneá.
Los cristianos saliendo caminaron Llevando guias, dadas por Curemo: El rio Yaguarí atravesaron, Que entre otros rios vemos ser supremo. A los Tapuí Miries allegaron De que placer reciben por extremo; Asalto dan al tiempo que amanece, Por dó la triste gente mal padece.
Caminaron la vuelta del enemigo; al salir del sol se hallaron de la otra parte de la montañuela, de donde descubrieron al enemigo mas poderoso de lo que la espia les dijo, y fué, porque dos horas antes llegó la mayor parte de su ejército que le faltaba.
Caminaron todavía algunos minutos por un espeso maizal que los ocultaba enteramente, y llegaron por fin á un sitio desde el cual vieron á corta distancia el campo donde se celebraba. Era un vasto prado de verde claro, todo circuído de avellanos. El espectáculo que ofrecía era á par sorprendente y deleitoso.
A la misma hora se volvieron al navio, á que abordaron á las cinco de la tarde: el Padre Cardiel y los de tierra caminaron bien todo el dia 8, y hallaron no ser la tierra tan áspera como la otra, pero sin leña, ni pastos, ni muestras de substancia.
Palabra del Dia
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