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Actualizado: 9 de julio de 2025
Al pasar por Valencia se me agregaron, según estaba convenido, algunos poetas de las márgenes del Turia, con quienes me liga antigua amistad, y todos juntos llegamos al castillo una hora antes de la anunciada por el Calendario para el comienzo de la gran tragedia celeste.
Salía poco, raras veces abandonaba su habitación en la cual trabajaba desde la mañana a la noche y sólo se permitía reposo en las noches de estío que no se velaba y porque le faltaba la luz del día. Leía, tomaba notas; por espacio de meses y meses le veía yo escribir en prosa y las más veces muchas cosillas en diálogo. Un calendario le servía para elegir series de nombres propios.
"¡Qué lindo es eso! me respondió haciendo burla .Yo le daré en el calendario, y está canonizado, y apostaré a ello la cabeza." No pude porfiar, perdido de risa de ver la suma ignorancia; antes le dije que eran dignas de cualquier premio y que no había leído cosa tan graciosa en mi vida.
Como cada barrio está bajo la advocación de algún santo, excuso decir á mis lectores que cuando el calendario señala sus nombres hay sus correspondientes pintacasis. En la fiesta en que realmente se echa el resto es en la del pintacasi del pueblo. Meses antes del en que se celebra aquella principian las juntas, los cabildeos, los proyectos y los preparativos.
La fachada principal del Palacio del Dux se construyó á mediados del siglo XIV, bajo la direccion del maestro Buono, aunque algunos pretenden que fué Calendario el arquitecto. De cualquiera modo, es un edificio mágico y admirable, de estilo gótico, y uno de esos prodigios del arte que tanto abundan en Italia.
La casa se le caía encima. «Empezaba el calor porque don Víctor, en cuestión de temperatura, se regía por el calendario y ya se sabía que él no podía trabajar en su despacho en cuanto el sudor le molestaba; necesitaba el aire libre; mucho paseo, mucha naturaleza».
Yo si me encontrase en la China y me viese en semejante apuro, primero invocaba al santo más desconocido del calendario que á Confucio ó á Budha. Si esto es superioridad manifiesta del catoliscismo ó inconsistencia ilógica é inconsecuente de los cerebros de raza amarilla, el estudio profundo de la antropología lo podrá solamente dilucidar.
En vano el alcalde y el gobernador que habían escapado al desastre, trataban de restablecer el orden: ni siquiera podían conseguir hacerse oír, ya que eran algunos millares de seres magullados o aplastados los que aullaban a la vez. Las autoridades estaban ya invocando a los últimos santos del calendario, cuando aquel inmenso montón de hombres se disipó como por encanto.
Por desgracia, la biblioteca de familia no constaba de más volúmenes que los citados y algunos montones de copias de escrituras, y el tutor no quería dar un maravedí para la adquisición de otro libro que el calendario; así es que cuando el joven Seturas, al cabo de dos años, comenzó á fastidiarse de sus libros, que ya sabía de memoria, no pareció en todo el lugar más que un Fr.
Tu patrona, hija mía, no figura en el calendario, y si no me equivoco, ha dado muchas veces la vuelta a la ciudad, con la cabeza rapada, y montada en una burra, con la cara vuelta hacia la cola... Barbero del infierno, tu garganta es demasiado estrecha para esas palabras; ¡por Cristo! te la voy a ensanchar.
Palabra del Dia
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