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En otras circunstancias, la señora de Montauron habría sujetado a muy severo examen el vínculo obligatorio de la invitación británica, pero, si en las actuales coyunturas la súbita ausencia de su sobrino desconcertaba algunos de sus planes contrariándola en ciertos respectos, veíase en cambio libre de obsesión tan pesada, que ante esa idea otorgó su permiso con relativa buena voluntad.

En 1878 arreglaron los Estados Unidos la cuestión de límites entre la Argentina y el Paraguay en la controversia de fronteras entre la Argentina y el Brasil sirvió de arbitro el presidente Cleveland, en 1895; y en 1902, fué la corona británica quien decidió sobre la ardua cuestión de la frontera meridional entre la Argentina y Chile.

El hacha británica que degolló á María Stuardo y Cárlos I, no destruyó ni el fanatismo católico representado por la una, ni el espíritu de opresion encarnado en el otro. Ahí está la historia probando la inutilidad de esas violencias regias ó populares.

Era curioso observar la lucha que dentro de aquel hombre sostenían el entendimiento y el corazón. El primero le aconsejaba no apartarse de la de Enríquez, no mirar a la condesita; el segundo le exigía adorarla de rodillas, como siempre. Una noche, y tomando café en la Británica, me dio una sorpresa. Estábamos los dos solos frente a la mesa. Notábale distraído, preocupado, pero no triste.

"Sepan todas las naciones, que las islas de Falkland con su fuerte, almacenes, desembarcos, puertos, bahías y ensenadas, pertenecen solo á Su Magestad Jorge III, rey de la Gran Bretaña, Francia é Irlanda, Defensor de la , &a., en testimonio de lo cual y en señal de posesion tomada por Samuel Guillermo Clayton, oficial comandante de las islas de Falkland, se ha puesto esta lámina, dejando desplegadas las banderas de Su Magestad Británica, en 22 de Mayo de 1774."

Las cuadrillas se bailaban, con una seriedad rígida, casi británica; el vals no dejaba nada que desear por su corrección: la mazurka era de un remeneo de ancas de dudosa moderación, y por último la habanera algo alarmante como chacota de articulaciones.

Y algo más tarde, hallándose el venerable mandarín hablando con unas señoras, un poco inclinado hacia adelante por estar ellas sentadas, acercósele sir Roberto con mucho disimulo, oculto entre el gentío, y sin provocación ninguna, sin objeto alguno justificado, ¡zas!, hundióle con flema británica, hasta la cabeza, un alfiler en la nalga izquierda...

Era absurdo ganar de tal modo jugando tan mal. Debe tener oculto en sus faldas el rosario del conde dijo Atilio con gravedad. Quedó Lewis perplejo, como si tomase en serio estas palabras. Después se ruborizó, con una corrección británica, al acordarse de los extraños adornos del rosario de su amigo.

Si por ella se entiende que la Europa debe renunciar para siempre a todo predominio político en las regiones que se emanciparon de las coronas británica, española y portuguesa, respetando eternamente, no sólo la fe de los tratados públicos, sino también la voluntad libremente manifestada de los pueblos americanos; si ese alcance de la doctrina, estamos perfectamente de acuerdo, y ningún hombre nacido en nuestro mundo dejará de repetir con igual convicción que Monroe: America for the americans.

Por la noche, la gente, recluida durante el día en sus casas, salía a tomar el fresco. Después de comer me gustaba permanecer una hora en la Británica, viendo desfilar la gente en compañía de Villa.