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Actualizado: 1 de junio de 2025
Antes de ponérselo le arregló el pelo y le quitó las botinas bronceadas, sustituyéndolas con el zapato adecuado. No había abierto su boca la pálida doncellita hasta entonces, reflejando en el rostro cada vez más tristeza y preocupación. Al fin, hallándose arrodillada a los pies de su ama, levantó los ojos para decirla tímidamente: Señora, voy a rogarle una cosa ... que no despida a Cayetano.
Pasaron rozando la abandonada galerita, que, oculta bajo su funda de lienzo, sólo mostraba las ruedas, ligeras, amarillas y finas como las de un juguete; y después de asomar su cabeza con cierta zozobra por la puerta de la cuadra, entraron en el antro obscuro y maloliente, recogiéndose las faldas y hundiendo sus elegantes botinas en la blanda y húmeda capa de estiércol.
Varias muchachas desgreñadas, de las de la busca, manteaban un pelele: un traje viejo lleno de paja, con enormes tumores, calzado con unas botinas rotas y rematado por una cabeza de cartón. Un grupo de mozuelos intentaba arrebatarlas el pelele para llevárselo prisionero a la taberna, y las greñudas, armadas de escobas, defendían a golpes el monigote.
D. Cristóbal, como caudillo experimentado, apelaba en estas refriegas a mil ardides para derrotar a sus contrarios, o para capitular en buenas condiciones. Un día amanecían las chicas inspiradas, y pedían botinas de tafilete semejantes a las que habían visto a tal o cual muchacha de la ciudad, generalmente a Fernanda Estrada-Rosa. D. Cristóbal se replegaba inmediatamente en sí mismo.
Juanito aprovechóse de un momento en que el catedrático miraba á un estudiante que se quitaba disimuladamente las botinas que le venían muy apretadas, y dió un fuerte pisoton á Plácido, diciendo: ¡Sóplame, anda, sóplame! Distingo... ¡Aray! ¡qué bruto eres! gritó sin querer Plácido mirándole con ojos iracundos, mientras se llevaba la mano á sus botinas de charol.
Era el padre de la Charanga, que lloraba ante el cadáver de su pupilo. El médico se fijó en el abultado abdomen del muerto, é hizo que un miñón desliase la faja negra. Aparecieron dos botinas de mujer con la suela blanca y el charol deslumbrante; el calzado con que sueñan las muchachas de las minas como una elegancia suprema.
Palabra del Dia
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