United States or Tonga ? Vote for the TOP Country of the Week !


De los manuscritos de la misma biblioteca copio además las dos ordenanzas reales siguientes: «I. En el consejo se tiene noticia, que, en las comedias y representaciones, que se recitan en esta ciudad, salen mugeres á representar, de que se siguen muchos inconvenientes.

Sin citar los catalogados como tales en Londres, París y Viena, de los cuales dos o tres parecen suyos, hay uno en la Biblioteca Nacional de Madrid, que representa, visto de espaldas, un page que pudiera ser el que en Las Lanzas tiene por la brida el caballo de Spinola, y otro de un hombre con capa en la Academia de San Fernando.

En el piso bajo del palacio se halla la Biblioteca real, rica y muy apreciable por su rara abundancia de manuscritos, preciosos en gran parte. No baja su número de 19,000, el de los libros impresos excede de 200,000, y el establecimiento se enriquece sin cesar, gracias á la liberal proteccion del Gobierno.

La mas importante localidad es Bonn, situada sobre la márgen izquierda, bien interesante como centro industrial y comercial, y por la posesion de una buena Universidad concurrida por mas de 1,000 estudiantes, que contiene museos y colecciones de mérito y una biblioteca con mas de 150,000 volúmenes.

El falso profeta celebró con aquella secta un famoso tratado, que bajo el título de Testamentum Mahometi dió á luz en árabe y latin en París Gabriel Sionita el año de 1630, y cuya sustancia se contiene tambien en tres escritores sirios, Bar Hebræus, Maris y Amrus, que incluye Assemani en el tomo IV, pág. 59 de su Biblioteca oriental.

Cuando terminé de escribir, salí de la biblioteca, metí la carta en un libro, llamé a la criada y le encargué que diera aquello a la hija del capitán. Temía que, al volver, me iba a encontrar a Uguarte y a Allen luchando a brazo partido. No pudimos dormir ninguno de los tres; Allen estaba indignado contra Ugarte. Antes de amanecer, salimos de casa, sin despedirnos de nadie.

Allí se encuentran, en la biblioteca del duque, mil preciosidades de tipografía, escultura y antigüedades, y en una galería, cerca de 150 cuadros, casi todos de gran mérito, muchos de ellos delicadas miniaturas del arte flamenco y holandes.

La biblioteca del Seminario la trataba como cosa propia. Algunas tardes iba a la catedral para perfeccionar sus estudios de música religiosa hablando con el maestro de capilla y el organista. En el aula de oratoria sagrada dejaba estupefactos al profesor y los alumnos por la fogosidad y la convicción con que pronunciaba sus sermones.

D. Adolfo Saldias, en un meditado trabajo sobre el tipo histórico y social del gaucho. El Dr. D. Miguel Navarro Viola, en la última entrega de la Biblioteca Popular, estimulándonos, con honrosos términos, á continuar en la tarea empezada.

Una mañana, al pasar Isidro después de las nueve por la Puerta del Sol, con dirección a la Biblioteca Nacional, reconoció en la entrada de la calle del Carmen el carro de Zaratustra por los bizarros adornos de su caballería.