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Al atravesar una antesala, encontróse Currita un lacayo, que le presentó una carta en una bandeja de plata. Para el señor marqués de Sabadell dijo. Tomóla al punto Currita, con grande prisa, y miró el sobre; era su letra una de esas letras inglesas de mujer, de rasgos firmes y corridos, y por debajo del nombre de Jacobo, decía: Urgentísima. ¿Quién ha traído esto? preguntó.

Si el niño muere después de recibir el agua, se le coloca en una bandeja, se le rodea de flores y en vez de lágrimas hay la fiesta del diariuhan. Si en el hogar nacen un sinnúmero de fiestas no nacen menos en un Tribunal.

D. Marcelino se empeñó en que se apeasen para descansar un poco y tomar algún refresco, pero el señor conde se negó completamente, y D.ª Feliciana entonces salió con una bandeja de dulces y unas copas de Jerez á la calle. El señor conde no quiso probar nada: la señora condesa tomó una rosquilla de Santa Clara, y pidió después un vaso de agua.

Los brillantes, combinados con piedras de diferentes colores, lanzaban chispas y se agitaban entre flores de oro de matices varios, con vetas de esmalte, con caprichosos dibujos y raros arabescos. Simoun levantó la bandeja y descubrió otra llena de fantásticas alhajas que hubieran podido hartar la imaginacion de siete jóvenes en siete vísperas de bailes dados en su honor.

En este momento entró Celestina con una bandeja cargada de pasteles de perfumes variados, e interrumpió a la Roubinet. Suplico a usted que espere un poco dije a la oradora. Déjeme servir el , pues sentiría mucho no oír a usted. Vaya usted, vaya, Magdalena respondió la Roubinet muy halagada por mi petición.

Cierto día en que se celebraba el santo del director, un criado, azorado en demasía, dejó caer sobre nuestro profesor una bandeja de vasos llenos de vino tinto. Todo el mundo se preguntó: ¿En qué traje veremos a D. León mañana? Mas al día siguiente, con grande admiración y sorpresa del colegio, apareció con la misma levita, más fresca y más galana que nunca lo había sido.

A las cinco de la tarde ellas y ellos, llevando las primeras la corona sobre una bandeja, van á buscar al párroco, y este con la comitiva lo hace del Alcalde, dirigiéndose todos al Tribunal. El salón está hecho un ascua de fuego. Donde quiera hay espacio para una colgadura, flota un damasco; donde quiera hay lugar para fijar un clavo, luce una mecha alimentada por aceite, petróleo, cera ó esperma.

Hizo entonces una pausada reverencia, adivinando, por detrás de la barandilla, doncellas y galanes que acababan de enmudecer. Por fin una voz exclamó: Lléguese vuesa merced a la tarima. Era Beatriz. Había que avanzar y avanzó; pero después de algunos pasos felices, llevose por delante una bandeja de metal donde vidrios y porcelanas se entrechocaron terriblemente.

Encontrada aquella y es de advertir que se la encuentra siempre el amang-cruz entrega á su padre una bandeja adornada de flores. Entre estas se coloca una cajita, en cuyo fondo se ponen dos monedas de plata, cuyos bustos resulten mirándose el uno al otro.