Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de junio de 2025
Allí reina la inteligencia, soberana del mundo, allí se respira el aire de la gloria, allí se levantan esas altas pirámides que señalan el camino del mundo, allí están reunidos los héroes del pensamiento, los atletas de la inteligencia, allí está la verdadera aristocracia de la humanidad, que cuenta por blasones 300,000 volúmenes: allí está el orgullo de las sociedades, la riqueza del porvenir, la gloria del pasado, el honor de las presentes edades.
Las mujeres, sofocadas por la aglomeración, empujadas y golpeadas por el vaivén, rompían a llorar con la vista fija en el santo, agitadas por un sollozo histérico. ¡Ay, pare San Bernat! ¡Pare San Bernat, salveumos! Otras sacaban chiquillos de entre los pliegues de sus faldas, y levantándoles sobre sus cabezas, buscaban los brazos de los dos poderosos atletas. ¡Agárralo! ¡Qu' el bese!
Nosotros, gentleman, sostenemos un ejército por exigencias de la moral: para que no se perturben las abstinencias virtuosas que debe guardar la juventud. Pero yo dijo el gigante he visto hombres en ese ejército: atletas barbudos con traje de mujer y grandes cimitarras, que iban á caballo y eran mandados por oficiales hembras.
Luego entraron más siervos desnudos llevando á brazo nuevos objetos. Seis de ellos sostenían como un peso abrumador el libro de notas cuyas hojas había traducido Flimnap. Después otros atletas pasaron, rodando sobre el suelo, lo mismo que si fuesen toneles, varios discos de metal, grandes, chatos y exactamente redondos, encontrados en los bolsillos del gigante.
Ocho hombres forzudos y casi en cueros encorvábanse bajo el peso del santo. Las oleadas de gente estrellábanse contra ellos, haciendo vacilar las andas. Dos atletas despechugados, admiradores del santo, marchaban a ambos lados, conteniendo el gentío.
Luego añadió, con un deseo de tomar el desquite: Pero los guerreros masculinos están mandados por oficiales hembras, sin duda para mantener los privilegios del sexo. ¿No temen ustedes que esos atletas brutales falten al respeto á sus jefes y atenten contra ellos? El profesor Flimnap se ruborizó y dijo con apresuramiento: No tema eso, gentleman.
Cuando subió á su vivienda, vió que la servidumbre trabajaba ya en torno de las cocinas, preparando el gigantesco almuerzo. Ocupó Edwin su escabel, apoyando los codos en la mesa; pero al abarcar con su vista la planicie de madera, tuvo un agradable encuentro. Había alguien más que los atletas que dormitaban junto á la grúa.
Otros niños, cuando les preguntan lo que quieren ser, responden que obispos ó generales si despuntan por la vanidad; los que pican por la destreza corporal, dicen que cocheros, atletas ó payasos de circo; los inclinados á la imitación, actores, pintores... Valentinito, al oir la pregunta, alzaba los hombros y no respondía nada.
Hasta que al fin un ginete Lo alcanza, y con mano fija Asiendo de la manija Hizo el caballo cejar, Pero Zamora con furia Lo lleva de una pechada, Dejando en tierra estampada De su triunfo la señal. Pero tres nuevos atlétas Dispútanle su presea, Y él en tremenda pelea La disputa á todos tres. Forcejean, y tendidos Furiosos luchan en vano Por quebrantar una mano Que hierro parece ser.
Y en torno del santo, los brazos de los atletas siempre en movimiento, subiendo y bajando chiquillos que babeaban el mojado bronce del padre San Bernardo. En balcones y ventanas aglomerábanse las mujeres con la cabeza resguardada por las faldas. El paso del santo provocaba profundos suspiros, dolorosas exclamaciones de súplica. Era un coro de desesperación y de esperanza.
Palabra del Dia
Otros Mirando